Antes de nada, decir que no es la mejor serie que existe. Pero, tampoco es tan mala como algunos la pintan. Simplemente se trata de una divertida sitcom con un humor, más o menos, inteligente y bastante surrealista, en donde Eric Forman y sus amigos, personajes bastante carismáticos y muy bien elaborados, conviven en la década de los setenta en Wisconsin, pasando el rato entre reuniones en el sótano y cotidianos problemas inundados de un surrealismo que te hace soltar la carcajada cada dos minutos.

Entre los personajes destacan el protagonista, Eric Forman, y su padre, Red. Juntos, forman un dúo de lo más cómico que te hace reír cada dos por tres. La madre de Eric, Kitty, también es bastante graciosa, en su papel de madre alocada y sobre protectora con su hijo. Entre los amigos, destacan Fez, el estudiante de intercambio, con sus chistes malos y su irritante sonrisa, y Michael Kelso, un chico con un cerebro de mosquito. La química entre Kelso y Hyde, otro de los personajes, también resulta, casi siempre, de lo más cómico. El contrapunto femenino son Donna, el interés amoroso de Eric, y Jackie, la excéntrica y mimada novia de Kelso. También hay que mencionar a Leo, el secundario fumeta que viene y va de la serie cuando le apetece, y el padre de Donna, un tipo peculiar que también aparece de vez en cuando.
Los diálogos no son nada del otro mundo, pero el humor es constante y los chistes, aunque fáciles, son bastante buenos, mejores que otras series más conservadoras que ésta. Como bien a dicho alguien por ahí, por lo menos aquí no hay lemas morales en plan beber es malo y cosas por el estilo.
En definitiva, buena serie a la que merece la pena ver y que, a partir de la marcha de Eric y de Kelso, baja el nivel estridentemente, hasta el punto de perder casi toda la gracia.