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España España · Madrid
Voto de jita:
9
Thriller. Drama Mientras reparan un satélite fuera de su nave, dos astronautas sufren un grave accidente y quedan flotando en el espacio. Son la doctora Ryan Stone, una brillante ingeniera que realiza su primera misión espacial, y el veterano astronauta Matt Kowalsky. La misión exterior parecía rutinaria, pero una lluvia de basura espacial les alcanza y se produce el desastre: el satélite y parte de la nave quedan destrozados, dejando a Ryan y Matt ... [+]
8 de octubre de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo dudas, Gravity es la mejor experiencia que he vivido jamás en un sala de cine. He visto mejores películas, pero nunca había experimentado las sensaciones que produce esta cinta. Es de esas películas que hay que ver sí o sí en la pantalla grande.

Por fin el 3D tiene sentido. No sólo es la película que mejor usa esta tecnología, sino que es la única que ha justificado su uso. La profundidad en los planos, el volumen de los cuerpos, el relieve de las imágenes, todo ello es necesario para entender la magnitud y las características del espacio y que el espectador sienta una inmersión total.

Y es que Alfonso Cuarón nos sube al espacio y nos hace flotar durante 90 minutos. El efecto de la gravedad está totalmente conseguido. Todo es más lento, los objetos ondulan por la pantalla, la cámara alardea de suavidad y fluidez en sus movimientos. El sonido es notable pero aquí mandan los silencios. Son silencios contundentes, silencios que de repente cortan la acción y acongojan al espectador. La guinda la ponen los planos subjetivos –al más puro estilo Mirror’s Edge- desde el casco del traje. En la secuencia en la que Sandra Bullock trepa por la estación, somos testigos de como la cámara empieza a rotar y somos nosotros los que estamos enfundados en un traje espacial.

No hay palabras para describir ese cúmulo de sensaciones. El 28 de abril del año 2001 Dennis Tito se convirtió –previo pago de 20.000.000$- en el primer turista espacial de la historia. Usted, por menos de 10€ , va a probar la simulación más real que jamás ha existido a esa experiencia. Y la cosa no acaba aquí. La recreación de las estaciones espaciales, el interior de las naves o las vistas de la Tierra son realmente alucinantes. Se mezclan imágenes imponentes técnicamente con otras realmente preciosas por su forma y significado.

El guión es fino, apenas dos protagonistas, no abunda el diálogo y aparentemente solo hay una “simple” lucha por la supervivencia. Pero la película (a parte de contar con un par de sorpresas inesperadas) esconde bastante más. Con una mínima pincelada de las vidas de los protagonistas, ya sabemos a dónde quiere llegar Cuarón. Si Kubrick filosofaba sobre el futuro de la humanidad y su relación con las máquinas; ya saben, si estas llegarían a ser más listas que nosotros y podrían controlarnos, el mexicano escarba en el humanismo. Y no hay mejor escenario para hacerlo que desde el espacio. Juega con la vulnerabilidad de un ser humano dolido como Ryan y lo simboliza con el abismo que supone la dimensión del universo para un mero astronauta. Es una lucha de David contra Goliat. Por cierto, no es una película para que destaquen las interpretaciones, pero George Clooney responde con optimismo y simpatía, y Sandra Bullock logra intimidad y complicidad con el espectador.

Con lo técnico y lo existencial encima de la mesa, llegamos al tramo final. Una culminación que bajo mi punto de vista alcanza la apoteosis. Es una coctelera de sentimientos, luces y color. Son minutos arrebatadores, con los nervios a flor de piel, con unos planos antológicos –Bullock cerrando la exclusa de la estación china sin ir más lejos- y un despliegue visual que alcanza su cota máxima. Espectacular la panorámica de la secuencia del extintor, la iluminación y el contraste son una preciosidad.

Después, el ritmo crece, la música sube, aparecen las llamas, luchamos contra el agua y tocamos la arena con los dedos. La tranquilidad y la heroicidad invade nuestro cuerpo, los 15 o 20 minutos de pura agonía habían llegado su fin. Sin embargo, pese a la extenuación que nos abruma, todavía quedaba lo más importante. Quedaba ponerse en pie y pisar por fin tierra firme. Quedaba decirse a uno mismo y en silencio “ya estoy aquí”. Es un final sublime, Cuaron nos humaniza y nos devuelve a nuestro lugar.

Declaraba James Cameron: “me dejo absolutamente derrotado”. Sin duda, esa es la mejor reflexión posible de Gravity. Una película espectacular por fuera y preciosa por dentro, con momentos que suponen toda una experiencia vital, un film absolutamente imprescindible y que perdurará con el paso de los años. Cuando la película termina, uno se siente vacío, cansado, totalmente vencido, y no sabe por qué ni por quién. Parece que has recibido una mala noticia y sin embargo, acabas de visualizar un milagro cinematográfico, una obra maestra de nuestro tiempo.
jita
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