Es imposible no recordar las basadas en Ken Follet: Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin, pero esta serie tiene su propia historia con un guion bien hecho, buenos actores y medios suficientes a los que el director sabe sacar provecho. Situada en la Baja Edad Media, habla del orden social tan injusto, como el que había en toda Europa, habla de brutales injusticias, de hambre, de peste, de ignorancia y fanatismo, de la Inquisición, y también de abnegación, entereza y mucho más.

Empecé a verla con dudas y me fue enganchando por la buena solvencia artística y técnica y por los giros argumentales que van llevando a otros caminos diferentes de los que el espectador puede suponer, sin dejar de ser verosímiles y dentro de la psicología y situaciones. Tengo que decir, en cambio, que la continuación "Los herederos de la Tierra" me pareció menos lograda en todos los sentidos, con personajes menos atrayentes y algunas reacciones de los personajes que huelen a bastante arbitrarias de mano de los guionistas, y con un final bastante artificioso y absurdo. Pero esta primera parte está muy bien.