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España España · Barcelona
Voto de Alvaro_Pelis:
8
Serie de TV. Comedia Serie de TV (2000-2011 | 2024). 12 temporadas. Crónica sobre la vida cotidiana del actor y director Larry David (co-creador de 'Seinfeld') en la que se interpreta a sí mismo. Bordea los límites entre realidad y ficción, usando una estética de vídeo doméstico y un sentido del humor muy particular. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2023
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alomejor soy el único que piensa que todos están enfermos en esta serie. Es cierto que Larry es un tocapelotas, un despistado y un maniático hasta rozar la inadaptación social. Pero todas las personas que le rodean en esta serie solo hacen que alimentar su desequilibrio mental. Este es, quizá, el mayor atractivo de “Larry David: Curb Your Enthusiasm”: un mundo (aunque no tan alejado del nuestro) en el que no quisiéramos vivir.

Creo que el fuerte de esta gran serie y del propio autor, son lo guiones. Al igual que nos podrían afirmar artistas/humoristas similares, como Ricky Gervais o Woody Allen, escribir sobre la cotidianidad no es tan fácil. Pues lo que hace Larry (como autor, no personaje) en este serie, es convertir un conjunto de situaciones cotidianadas en algo perfecto, dramatúrgica que no socialmente hablando. Escribo esta crítica habiendo visto solo las dos primeras temporadas (ya magníficas aun con veinte años encima), cuando la serie aún se sigue produciendo. Por lo tanto, solo puedo poner la mirada en lo más veterano aunque no menos importante de la serie. Por ahora, me atrevo a decir que los guiones de “Curb Your Enthusiasm” son casi perfectos. Y digo “casi” porque encuentro algunos problemas que tienen que ver con la intención-ejecución o la lógica de los guiones, pero que ni me voy a molestar en explicar.
Miremos, por ejemplo, cómo el episodio “The Doll” (2x07) construye perfectamente la trama, sin necesidad de meternos en detalles estructurales (Spoilers hasta el final del párrafo):
Se siembran varios plantings durante el primer acto del episodio que van a generar el incidente desencadenante y van a afectar el desarrollo del segundo acto, hasta que acaben confluyendo en la resolución del tercer acto. Entre ellos, la incesante necesidad de Larry de ir al baño, el mal rollo que se incrementa constantemente entre Larry y las mujeres, el problema con el pelo de la muñeca o el favor fallido de Larry de esperar dos minutos en la puerta del baño. Todo lo que plantea y desarrolla el episodio tiene una función (ya sea mayor o menor, pero siempre importante) para obtener la situación final, en este caso, la niña acusando a Larry de “tener algo duro en la bragueta” mientras la abraza en el baño, que en realidad es la botella de agua.

Resumidamente: en el primer acto se generan problemas para Larry (estado negativo), los cuales de alguna manera consigue solucionar durante el segundo acto (estado positivo), pero los cabos sueltos se acaban resolviendo en el tercer acto y se le vuelve a dar la vuelta a la situación (estado muy negativo).
Démonos cuenta de que todos los episodios tienen una estructura similar. De esta manera, se construye una historia donde todo tiene una función y el resultado final tiene el objetivo de poner a Larry en su sitio: pase lo que pase, todo lo mundo le acabará odiando.

Por otro lado, pienso que el mayor mérito de la serie está en su contexto. “Curb Your Enthusiasm” es pionera, seguramente la primera en plantear la sitcom como algo “real”. Al igual que Thomas Edison fue aparentemente el inventor de la bombilla, pero en realidad solo se encargó de mejorar el invento de Joseph Wilson Swan, Ricky Gervais, el aparente creador de la sitcom como “falso documental” en la “The Office” británica, solo se encargó de mejorar lo que planteaba Larry David, para llevarlo al extremo (lo que Larry no se atrevió a decir directamente a cámara lo hizo Gervais). Gervais decía: “no incluyamos nada que pueda ser considerado un chiste, no pongamos pelucas a nadie, prescindamos de las risas enlatadas, que no sea algo realmente divertido”. Pues esto es algo de lo que ya era consciente Larry David en su serie. Estos dos pioneros se encargaron de dar nacimiento al “post-humor”, un humor por el que nos sentimos cautivados, no por la satisfacción de saber que las cosas van a salir bien, como en la sitcom más clásica, sino por la satisfacción de saber que las cosas van a salir mal.

Si lo más adictivo de “Friends” era la identificación que sentíamos al ver repetidas una y otra vez las mismas situaciones (Joey ligando, Chandler haciendo chistes malos, Monica obsesionada por la limpieza o Phoebe tocando el famoso “Smelly Cat”), en “Curb Your Enthusiasm” y, por qué no, también “The Office”, nos sentimos irresistiblemente atraídos por esa incomodidad que se genera con la distancia entre la imagen que tiene el protagonista de sí mismo y cómo le ven los demás. Larry es un obsesivo compulsivo, no para hasta salir victorioso tras defender su postura en cualquier situación. Por lo tanto, la única función del espectador es ser testigo de cómo Larry es incapaz de no automasacrarse. Él es perfectamente consciente de que las cosas le saldrían mejor si cerrase la boca, pero no le importa, por que le da igual la imagen que tengan los demás de él. Y eso es precisamente lo más atractivo del personaje.
Es como si se filmase lo que hay detrás de las cámaras de una sitcom clásica. Todo lo que no vimos de “Seinfeld” ahora se muestra en una serie casi tan larga. Me gusta ver “Curb Your Enthusiasm” como la “anti-Seinfeld” o, mejor dicho, la “anti-sitcom”. Y ahí es donde está la genialidad de esta serie: Larry David encontró la manera de hacer una sitcom, algo que se enfoca principalmente en la repetición, irónicamente diferente, con otro lenguaje, encontrando el equilibrio entre los dos términos antónimos que son la repetición y la originalidad. La sitcom hecha anti-sitcom. El anti-humor. El nuevo humor.

Larry dio un paso hacia delante de “Seinfeld” a “Curb Your Enthusiasm”. Ya no hay humor, ya no hay risas enlatadas. Las imperfecciones ahora son imposibles de ocultar. Su propio rostro en pantalla no hace otra cosa que querer hacer reconsiderar su figura pública, mostrar todo lo que ocultó de su persona en “Seinfeld”. Ahora solo vemos a un hombre paseando por Los Ángeles, sin nada que hacer, que nos muestra la infinidad de cosas que ocurren cuando no ocurre nada.
Alvaro_Pelis
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