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España España · A Coruña
Voto de Carli:
8
Drama. Romance A sus 43 años, Fúsi es un inadaptado, con sobrepeso, que nunca tuvo novia y cuyo único interés son las batallas de la Segunda Guerra Mundial, que reproduce en miniatura en el apartamento en el que vive con su madre. Un día recibe un cupón para acudir a una escuela de baile, donde conoce a Sjöfn, una mujer solitaria, como él, y con profundas heridas psicológicas. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable y entrañable película del cineasta islandés Dagur Kári, que huye de todo tipo de posicionamientos condescendientes para elaborar un drama contundente, sin artificios y con uno de los personajes más entrañables de los últimos años.

El protagonista es un lobo solitario, atrapado en su monótona rutina, cuyo máximo entretenimiento consiste en recrear sobre una maqueta batallas legendarias de la Segunda Guerra Mundial. Pese a superar la cuarentena, todavía vive con su madre, que lo trata como si fuese un niño pequeño. Fúsi es una persona marginal que no da encajado en la sociedad, y que por si fuera poco es humillado por sus compañeros de trabajo. Lejos de deprimirse ante esta situación, se muestra como un ser bondadoso, amable y servicial con la gente que le rodea, manteniendo una relación muy tierna con una niña que prefiere pasar el tiempo con él que con sus padres. Todo cambia el día que conoce casi por azar a una mujer en una academia de baile que sufre alteraciones bruscas en su estado de ánimo. Fúsi se irá enamorando de ella, volcándose para ayudarla a superar sus problemas mentales, por mucho que Sjöfn intente apartarle de su vida.

La obra de Dagur Kári es impecable el apartado emocional, mostrando un cálido retrato sobre la entrega del protagonista por ser útil en la vida. Más que una crónica amorosa, veo la relación amorosa entre los dos protagonistas como una excusa del director para liberar a Fúsi de sus ataduras, dejándole volar a sus anchas y descubrirse a si mismo. El final es simplemente mágico, con esa sonrisa del bonachón islandés que nos toca la fibra. El estilo conciso y el ritmo ayuda a caracterizar más si cabe el frío carácter de los escandinavos.

Ojalá todas las personas fuesen "bichos raros" como Fúsi. El mundo sería un lugar mejor.
Carli
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