La película es bastante buena, a pesar de su duración de casi 3 horas no aburre en ningún momento, de hecho, te deja con ganas de más.

Tenemos un conjunto de buenas interpretaciones, todos los actores son creíbles en sus papeles, nos transmiten la magia de la Tierra Media. A destacar, por supuesto, Ian McKellen, Martin Freeman , Richard Armitage, Evageline Lilly y Orlando Bloom, para mi gusto los mejores personajes en la película junto con Smaug.

Smaug. Magnífico personaje, magnífico villano. Tarda bastante en aparecer, pero cuando lo hace llena la pantalla, brillantemente creado con efectos digitales y con una extraordinaria voz de doblaje (estoy hablando de la versión en castellano). Sin duda, el dragón se lleva los mejores diálogos de la película (su cuasi monólogo es de lo mejor de toda la saga del Señor de los Anillos).

Esta nueva saga nos ofrece varias ramas argumentales que fluyen a la vez, así tenemos la historia de los elfos, la trama del Nigromante y la propia de los enanos. Todas ellas muy interesantes, pero, por desgracia en esta segunda parte ninguna se clausura.

Peter Jackson sustituye las grandes batallas épicas de la trilogía original por escenas de acción más personales, más pequeñas pero igual de espectaculares. A destacar las escenas personales protagonizadas por Legolas o Gandalf.

También, existe un cambio en el ambiente, es decir, los paisajes son igual de espectaculares pero vemos, por ejemplo, esa ciudad humana tan diferente de las aparecidas en las originales (y que me han recordado a Juego de Tronos). Y esa Montaña Solitaria es muy diferente de las Minas de Moria, pero igual de épica.

En conclusión, el Señor de los Anillos sigue siendo una magnífica saga y muy digna de verse en gran pantalla. Sin embargo, temo que esta nueva extensión corra el mismo destino que las precuelas de Star Wars y sea repudiada sin merecerlo. Es buena pero sin llegar al nivel de las originales (¿acaso podría?).