A riesgo de parecer una cursi confieso, y sin que me torturen, que a mí me gusta esta película… La habré visto tres, cuatro, cinco veces a lo largo de los años -igual que “La boda de Muriel” aunque está en sus antípodas- y no me canso de verla… Será porque la vi con mi hijo en su día, será porque es una peli romántica pero con situaciones de comedia, será ¡porque no me gustan las bodas! ja, ja… Misterios del corazón (y que el trasero, ejem, de la López, también tira lo suyo la verdad). En serio, encuentro que el tono que adopta y la interpretación en general cuadran muy bien con el producto: chic@ encuentra chic@, chic@ pierde chic@, chic@ recupera chic@, etc, con secuencias muy graciosas como la escena del interfono cuando alguien pretende entrar en su casa y es un perfecto desconocido para todo el edificio.

(Pero por encontrarle alguna pega, la rotura de la estatua y el novio de la Lo, el modelo Justin Chambers, que aquí no acaba de ligar, además literalmente. De todos modos es ideal para una tarde en casa sin tener que vestirse de invitada.)