El otro día fui a verla por segunda vez con un amigo, yo mismo le animé a verla en 3D diciéndole que cualquier otra posibilidad de visionado, al contrario que en otros largometrajes, no sería igual. Las sensaciones que tuve cuando acabó el film fueron bastante parecidas al del primer visionado, el primer plano secuencia es sencillamente genial, pero mi sorpresa llegó con mi amigo. Le encantó, lo cual era mi objetivo, el problema vino en que le encantó tanto que era incapaz de verle los defectos, que los tiene, y de repasarla con un espíritu crítico que se aleje de las sensaciones subjetivas de cada uno. Yo le decía que visualmente era espectacular pero que no había nada más allá, la trama es más simple que una alcayata, los personajes no poseen una profundidad desmesurada, por otro lado normal, ya que están anclados al formato, no hay flashbacks o elipsis que nos adentren en el carácter de los personajes, solo hay acción a base de impulsos, la forma gana al contenido de una manera flagrante y todo lo que fluye más allá de lo que pueda acaparar tu retina carece de importancia.

¿Le habría gustado tanto a mi amigo en otro formato? en una televisión de salón por ejemplo. Va a parecer una broma, pero no lo es, ¿si al final del film todo hubiera sido un anuncio de cuchillas depilatorias para mujeres habría estropeado lo que has visto? Películas como 12 hombres sin piedad, El Padrino o Blade Runner generarían las mismas sensaciones en cualquiera de los formatos más extendidos: TV o cine, en cambio en Gravity es inevitable pensar que sin 3D y una gran pantalla panorámica la experiencia no sería la misma.

Gravity vista de la manera adecuada puede resultar una experiencia fascinante, una de las que pocas veces uno tendrá en la vida, pero es una experiencia fugaz, como una noche de sexo desenfrenado en la que a la mañana siguiente cada uno sigue con su vida, es un placer intenso pero poco perdurable ya que no hay ningún aporte al interior del ser humano más allá de su discurso manido de superación.