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España España · Valladolid
Voto de Alberto Monje:
9
Drama. Romance Falta sólo una semana para el 45º aniversario de su boda, y Kate Mercer está muy ocupada con los preparativos de la fiesta. Pero entonces llega una carta dirigida a su marido, en la que se le notifica que, en los glaciares de los Alpes suizos, ha aparecido congelado el cadáver de su primer amor. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2016
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¿Es el amor verdadero capaz de perdonar un antiguo amor ya olvidado? ¿Es el cine capaz de relatar el horror y el dolor de una mujer por los celos que siente hacia su marido? La primera pregunta solo la podréis responder al terminar la película, pero a la segunda ya os adelanto la respuesta: sí, y Andrew Haigh no lo demuestra en esta delicia llamada 45 años.

Tras casi 45 años de casados, y en medio de los preparativos de su celebración, llega a una carta a la casa de Kate. En ella pone que el cuerpo del primer amor de su marido ha sido encontrado. A partir de este momento, las emociones que sentirá al imaginarse a su marido amando a otra persona la destrozarán por dentro.

Este es el principal hilo de la película. Sin duda, es un film redondo tanto en su puesta en escena, como en su impecable dirección y actuaciones. Si hay algo que hay que destacar por encima de todo es a la espléndida Charlotte Rampling. La actriz inglesa es capaz de llenar de sentido a la película. Sus miradas, sus gestos y, sobre todo, sus silencios relatan la historia de una mujer rota totalmente por dentro. Sin duda, solo por ese último plano que cierra la película, su actuación se merece todos los premios habidos y por haber. La película, con respeto al resto del equipo, es ella. Sin embargo, el personaje de Rampling no se entiende sin el de Courtenay, su marido. Sin duda, él también esta fantástico, pero la presencia de Rampling eclipsa su actuación. Ambos consiguieron sendos premios a mejor actuación en la Berlinale. Sin embargo, tanto en la pasada Seminci como en los Premios del Cine Europeo fue Rampling la (indiscutible) ganadora.

Si hay otra persona esencial para entender la enorme calidad de la película, esta es Andrew Haigh, su director. Al igual que Rampling, la sencillez es la clave de su éxito. Con pocos planos, ritmo pausado y muchos silencios, el realizador británico es capaz de contar poco a poco una historia que le duela tanto al espectador como a la protagonista. Hay quien ha dicho que 45 años es una “operación a corazón abierto”, tiene toda la razón. Las emociones agridulces, la melancolía y los celos fluyen por el celuloide de manera natural, pero dolorosa.

45 años no es una película para todos los públicos. Sin duda, su ritmo muy mesurado va a disgustar a muchos espectadores. Aun así, si a alguien le pasa algo así, yo le recomendaría que tuviera paciencia, que encuentre el sentido detrás de las imágenes y, sobre todo, que empatice con el personaje de Charlotte Rampling. En el momento en el que le pillas sus intenciones, la película se convierte en una experiencia dura, pero, a la vez, apasionante.
No dudéis en ir a ver 45 años, teniendo en cuenta que se estrena a la vez que la nueva Star Wars, seguramente no tenga mucha visibilidad. Lejos de las explosiones y las naves espaciales del filme americano, en el silencio y reflexión de 45 años encontraréis algo que Hollywood nunca dará: sentimientos verdaderos.
Alberto Monje
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