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España España · Valladolid
Voto de Alberto Monje:
8
Drama Cuando Julieta está a punto de abandonar Madrid para irse a vivir a Portugal, se encuentra por casualidad con Bea, una antigua amiga de su hija Antía, a la que no ve ni sabe nada desde hace años. Bea le cuenta que vio a Antía en el lago Como, en Italia, y que tiene 3 hijos. Aturdida por la noticia, Julieta cancela su viaje a Portugal y decide escribir sobre su hija, desde el día en que conoció a su padre durante un viaje en tren... ... [+]
1 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan Ramón Jiménez desnudó poco a poco su poesía hasta convertirla en pura lírica. A lo largo de su vida quiso reflejar lo más hondo de su espíritu a través de versos simples, pero con potente significado. Pedro Almodóvar ha comenzado con Julieta su propio proceso de depuración juanramoniana. El espectador que se enfrente a su nueva película se encontrará con una propuesta, a priori, simple, pero que esconde en su interior uno de los mayores esfuerzos de su creador por llevar al límite las posibilidades de eso llamado cine. En este proceso de desnudez de su filmografía, Almodóvar no va a contar con personajes divertidos ni situaciones hilarantes. Julieta es una propuesta absolutamente dramática, sin un minuto dedicado a la comedia. Si el manchego siempre ha apostado por los personajes rotos por dentro, no habrá de otro tipo en esta gran película.

Basada en tres relatos de la Premio Nobel Alice Munro, la película comienza con Julieta (Adriana Ugarte y Emma Suárez) cuando se encuentra con Bea (Michelle Jenner) una amiga de la infancia de su hija Antía, a la cual no ve desde hace años. Bea le cuenta que Antía está casada y tiene tres hijos. Este encuentro a Julieta le sirve para reabrir las heridas de su oscuro pasado. Para cerrarlas, decide contarle a su hija mediante cartas todo lo que nunca se atrevió a revelarle.

El personaje de Julieta es interpretado en su juventud por Adriana Ugarte y en la madurez por Emma Suárez. Poco a poco el espectador ve cómo la protagonista se sumerge más y más en su propia oscuridad. Julieta nunca, o casi nunca llora. Nunca, o casi nunca, externaliza el dolor que la mata por dentro. Nunca, o casi nunca, comparte sus miedos y sus inquietudes. Sin embargo, la mirada de ambas actrices está plagada de ese dolor infernal. Tanto Ugarte como Suárez son capaces de destacar por la contención de su trabajo. La tortura la llevan en todo momento por dentro.

Cuando es joven, Julieta conoce en un viaje de tren a Xoan (Daniel Grau), del que se enamora. Almodóvar, en este proceso de misticismo en el que está inmerso brinda en el tren una de las imágenes más poéticas y con mayor significado de su filmografía: el reno en el paisaje nevado. Su lirismo y misterio harían aplaudir al mismísimo David Lynch. Mientras su vida con Xoan continúa, la película narra las más diversas desgracias que le ocurren a la protagonista y nos presenta a uno de los personajes clave: Marian (Rossy de Palma). Esta mujer tiene un espíritu sombrío, oscuro y muy conservador. Su mirada se dirige al interior de Julieta y la analiza sin pudor ninguno. Hay quien ha dicho que Marian representa el único personaje “cómico” de la cinta, pero no hay que olvidar que personaliza la mayor oscuridad del ser humano, donde Julieta nunca querrá llegar aunque no pueda evitarlo.

Uno de los momentos más complicados de la cinta, la transición de la Julieta joven a la adulta es resuelto por Almodóvar de la forma más magistral a la que el manchego, y el cine en general, pueden llegar. La escena, de una belleza bergmaniana, tiene una fuerza visual tremenda y un lirismo arrollador: Julieta no solo envejece, sino que el dolor que la mata por dentro la debilita más y le quitan las pocas esperanzas por la vida que le quedan.

En la segunda parte de la película, ya con Emma Suárez en el rol principal, el espectador verá a una Julieta destrozada, solo rodeada de muerte y desamparo. La película ahonda más en el personaje de Lorenzo (Darío Grandinetti), el lado más enigmático de la cinta. Por otro lado, casi al final de la obra, el ya citado personaje de Bea, interpretado por Michelle Jenner, realiza su pequeña, pero indispensable aportación a la película. Sin ella, ese final tan abierto como claro de la cinta no sería posible.

El propio Almodóvar ha definido su nueva película como un “drama sin lágrimas”. Al igual que sus protagonistas, el espectador no sentirá la necesidad de llorar en ningún momento, no es lo que busca el director. El manchego quiere que el dolor se lleve por dentro y su estilo desnudo y simple consigue que Julieta arrolle sentimentalmente. Es muy posible que ésta sea la película más profunda de Pedro Almodóvar, en la que ha conseguido trasladar de mejor manera el dolor de sus personajes a la pantalla. En ese sentido, podríamos hablar de una película cuasi perfecta. Solo el tiempo colocará a Julieta en su lugar, pero no debe ser arriesgado posicionarla muy cerca de otras obras magistrales como Todo sobre mi madre o Volver. Mientras el tiempo hace su trabajo, solo nos queda citar a Chavela Vargas, con la que Almodóvar despide la cinta: “Si tú te vas se va a acabar mi mundo, el mundo donde solo existes tú…”.
Alberto Monje
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