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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Serie de TV. Drama. Thriller Serie de TV (2013-2018). 6 temporadas. 73 episodios. El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey), con la complicidad de su calculadora mujer (Robin Wright), maneja con gran destreza los hilos de poder en Washington. Su intención es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno. Sabe muy bien que los medios de comunicación son vitales para conseguir su propósito, por lo que decide convertirse en la ... [+]
16 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
House of Cards

“La ambición es el último refugio del fracaso”. Oscar Wilde.

“House of Cards” es una serie estadounidense que la plataforma Netflix lanzó en el año 2013. A esa primera temporada, dada su gran aceptación, le siguieron otras cinco que culminaron en 2018. Las seis entregas, con un total de 73 episodios de una hora de duración cada uno, supondría dedicarles tres días ininterrumpidos para ver la serie completa. Como ustedes entenderán este cronista no ha cometido semejante exceso aunque sí debo confesar que en el curso de tres semanas me la he merendado enterita en un vergonzoso ataque de glotonería. Y ahora dudo si no habré cometido un grave error pues me planteo seriamente la conveniencia de ingresar en un centro de rehabilitación, afectado como estoy del poder altamente adictivo de esta realización. Por su maratoniana duración -nunca he tenido la vocación de un corredor de fondo-, llevaba algún tiempo dilatando el momento de verla. Pero está claro que cuando el aroma indica la presencia de un exquisito manjar, terminas, tarde o temprano, hincándole el diente.
Sobre las espaldas de dos actores colosales descansa la estructura de este fabuloso monumento narrativo. En primer lugar, quién mejor que Kevin Spacey -inclasificable actor en permanente estado de gracia- para interpretar al astuto y oscuro congresista Francis Underwood. Junto a él, una poderosa y espectacular Robin Wright se bate sin complejos y en igualdad de condiciones como su esposa Claire, altiva, codiciosa, manipuladora. Ambos forman una pareja letal, endiabladamente inteligente, despiadada, insaciable en su ambición, donde el fin justifica cualquier medio, por execrable que éste sea, con tal de conseguir sus inconfesables propósitos. Tras este siniestro telón, un ejército de formidables actores -surgen como setas y eso denota la excelente salud por la que atraviesa la industria del cine estadounidense- se sucede a lo largo de la serie en una rueda que gira vertiginosa bajo la dirección de David Fincher y un equipo de extraordinarios guionistas.
Cabe destacar la sobresaliente ambientación de interiores. En algún desconocido emplazamiento o estudio cinematográfico fueron reproducidos con minuciosa precisión y a escala real cada uno de los escenarios en los que se desarrolla la trama: la Sala del Congreso, sus estancias, oficinas y pasillos, buena parte del Ala Oeste de la Casa Blanca, el Despacho Oval, así como la residencia de los Underwood y otras muchas localizaciones.
Y si quieren hacerse una idea aproximada de por qué el mundo está patas arriba, en cuidados intensivos y conectado a un respirador con evidentes signos de asfixia, vean “House of Cards” y lo entenderán.
Sin prisa pero sin pausa, les recomiendo fervientemente, mis improbables lectores, esta estremecedora e inquietante -disculpen el chascarrillo- serie fuera de serie.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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