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España España · Asturias
Voto de barbara12:
6
Serie de TV. Aventuras Miniserie de TV (2010). 2 episodios. Adapta de nuevo "Ben-Hur",el inimitable clásico. Narra la historia de dos amigos que se convierten en enemigos encarnizados y los acontecimientos históricos de la época a través de los ojos de Judá Ben-Hur, el hijo de un rico comerciante judío que está destinado a vivir varias vidas: un poderoso hombre de negocios, un esclavo obediente, un gladiador feroz, un noble romano. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2020
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Tenía que ser como ha sido.

No puede ni compararse con la mejor película de la historia del cine, con la Ben-Hur de nuestro amado Charlton Heston.
Puede que tal vez hubiese sido mejor no rodarla, o hacerlo con un guión diferente, pero el resultado seamos honestos por buena que fuese ¿cuál hubiese sido?
Pues un cero patatero, una inevitable comparación que por buena producción que esta miniserie hubiese tenido sería una patata suiza al lado del gran clásico Ben-Hur de los 50.

Ben-Hur, la película clásica, es una película sin precedentes. La mejor que jamás se haya llevado al cine, en cuanto a todo absolutamente. Sus once Oscars no hacen más que gritarlo. Sí, lo sé, Titanic tiene también tiene 11 y el tercer volumen del Señor de los Anillos, y más nominaciones, una o dos más, pero esas no fueron películas rodadas en el año 1959 como Ben-Hur, sino con más medios los cuales llamaron a su propia gloria también.
La Ben-Hur clásica y sus once Oscars equivaldrían a 20 frente a los once de Titanic, su grandilocuencia no conoce límites, la poesía rotunda con la que enaltece cualquier clase de sentimiento humano, de pregunta a lo que realmente somos y por qué estamos aquí, quien es Dios, cual es nuestro propósito en el mundo, no son esbozadas por Titanic o El Señor de los Anillos que nos cuentan una historia nada más, los asuntos humanos, no los de arriba, y es aquí donde Ben-Hur del 59 les mete una paliza a las otras dos.

La clásica Ben-Hur es la encarnación de lo humano y lo divino, su conjunción y la puesta en escena de ello. Como consecuencia si hace palidecer a sus pelis compañeras en Oscars, lógico es que cualquier otra película que se haga sobre la historia de Judá Ben-Hur vaya a ser considerada mediocre frente a ella.

Esta miniserie lejos de ofrecer la visión idealizada y alejada del relato que fue el fallido remake de Jack Huston y Morgan Freeman, del 2016, nos ofrece una historia que se recicla y no es pretenciosa, solo intenta entretener contando la vida de Ben-Hur según una visión más minimalista y personal, dejando de lado la búsqueda de galardones y premios, de grandes interpretaciones y de efectos perfectos.

La defiendo porque es una miniserie con carácter propio, que mantiene su personalidad individual y se basa en el relato de Lewis Wallace para contarnos qué pasó con este judío traicionada por su mejor amigo y condenado a galeras.
Cual Conde de Montecristo Judá interpretado de forma para nada magistral, pero sí decente por Joseph Morgan, en el que es para mi gusto el mejor papel de su filmografía dejando de lado su fama vampiresca, surgirá en una historia de venganza y amargura que hará disfrutar pero eso sí, a aquellos que quieran simplemente pasárselo bien viendo la historia del célebre judío adoptado por Quinto Arrio, que encarnó la mezcla de dos mundos para poder alcanzar su venganza.

En eso esta miniserie se parece al clásico. La película del 59 se rodó lo mejor posible, no buscó la gloria pero la obtuvo por su grandeza.
Esta serie se hizo sin ningún propósito de igual nada o copiar nada, tan sólo para recordar de nuevo en formato serie la historia de Ben-Hur. Porque no importan los premios o los números, basta de fama y de búsqueda de aplausos, lo que cuenta es la historia, y esta serie la cuenta bien.

Cuenta de manera entretenida la historia de Wallace. El valor, la amistad, el amor...todo está dentro de la misma historia.
El guión es el correcto, salvo por la elección de algunos actores que podía haber sido mejor pero que tampoco lo hacen tan mal. Yo habría sustituido a Emily VanCamp por otra actriz, pero tal vez también su final. Se podría haber mejorado, pero el resultado ha sido bueno.

La historia no decae, no aburre, las relaciones entre los personajes si bien se han tomado algunas licencias se sostienen aunque pecan de frialdad, como Judá/Esther o Judá/Jeque Ilderim.
Pero son pequeños matices que pueden omitirse y disfrutar esta gran historia que tiene tanto que ofrecer.

Para nada soy amante de los remakes de historias clásicas ya contadas, de hecho rezo y espero que no hagan más, pero en este caso el vilipendiar esta serie por compararla con la clásica es estúpido además de lo fácil.

Joseph Morgan no es como Heston, pero ¿por qué habría de serlo?
No en una serie, donde el formato en sí te cuenta que las cosas irán más despacio y mucho será cambiado para poder abrir más hueco a algo nuevo, no todo será contado igual ni se rodará de la misma manera, es un producto para entretener para la televisión, no para eternizarse como sí que ocurre en las producciones Hollywoodienses.

La carrera de Judá al final es buena, junto con las subtramas y el acertado añadido de personajes como el de Atenea, la favorita de Judá, interpretada por la española Lucía Jiménez quien hace a su personaje dotado de un carisma especial, tanto que hace que la relación entre Esther/Judá sea odiosa por momentos. La grandeza de los secundarios, y su maldición también al nunca triunfar.
Ben Cross como un probable Tiberio sobresale, pero no tanto como Ray Winstone o Alex Kingston, quienes bordan los personajes de padre y madre de Ben-Hur y encarnan las dos naciones enfrentadas entendidas como los mundos que jamás dejarán de estar en pleno enfrentamiento mientras Dios aparece hipnótico, sustrayendo la atmósfera de moral, de ternura, toda la frialdad es pasada por el tamiz de lo divino, lo carnal deja de tener sentido. Es una serie buena, con interpretaciones mejorables, de acuerdo, pero serie al fin y al cabo. Sobresale también Miguel Ángel Silvestre, en un personaje que de haber estado más tiempo, mucho hubiera cambiado la historia por lo que tenía para dar, ideal para haber sido serie de diez episodios. Stephen Campbell es un Mesala pasable, tal vez demasiado. Hecha para entretener, no lo olvidemos. No para ganar Oscars. La clásica es intocable y no tiene nada que ver aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
barbara12
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