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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
10
Comedia. Drama Una mujer de escasos recursos (Edna Purviance), ha tenido un hijo siendo soltera, y al sentirse abandonada por el padre del niño, decide también ella abandonar al bebé, con la esperanza de que una familia rica lo coja en adopción. Pero el pequeño terminará en manos de un vagabundo (Charles Chaplin), quien pronto se encariñará con él y decidirá sacarlo adelante como sea. Cuando el niño, llamado ahora John (Jackie Coogan) llega a los ... [+]
6 de febrero de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y sigue tan fresca, atractiva, conmovedora y divertida como entonces. La han remasterizado con las nuevas tecnologías, han mejorado la imagen en 4K, pero lo fundamental sigue intacto después de un siglo, su argumento sigue siendo válido porque aboga por temas universales ajenos a las modas. Un melodrama en clave de comedia que resume y profundiza en el personaje de Charlot, reproduciendo lo mejor del pícaro vagabundo, ahondando en el tema social, denunciando la hipocresía de una sociedad arribista e insolidaria. El lujo, el éxito y el dinero como metas para ser felices, la persecución del desfavorecido por la autoridad, unos dirigentes de asuntos sociales que se muestras agrios y desconsiderados. Sus escenas son memorables, y se suceden sin respiro, todo está hilvanado para no malgastar ni un segundo de atención a lo que sucede en la pantalla.

En esta producción ya aparece la conciencia social y política, e incluso moral, ausente hasta entonces. El cineasta empezó el film diez días después de la muerte de su primer hijo, hecho que pareció reavivar súbitamente su creatividad. El afortunado descubrimiento de un prodigioso actor infantil, alter ego perfecto de Chaplin, le permitió desarrollar una evocación doblemente autobiográfica: a través del pequeño Jackie Coogan revivía episodios dolorosos de sus primeros años, mientras que transferían a su relación casi paternal con el niño (que la tragedia acababa de frustrar en la vida real) las carencias de su propia infancia desamparada.

El film te lleva de hilaridad absoluta a la emoción dramática sublime por momentos, su puesta en escena es modélica y descriptiva, apenas necesita letreros, todo es visual y queda marcado en cada plano, su montaje es admirable por la precisión de quien llevaba a sus espaldas multitud de cortos durante seis años. Chaplin es la figura más carismática del cine de todos los tiempos. Supo transformar un género menor que consistía en persecuciones de policías y lanzamientos de tartas en el más importante del pasado siglo. Y no sólo por su calidad de actor, sino también de productor y director, de guionista y compositor. No dejó de evolucionar durante toda su carrera, su inconformismo y su capacidad de superarse contra las adversidades le catapultaron a ser el icono del cine. Había adquirido una gran experiencia durante los años anteriores en la “Keystone”, “Essanay”, “Mutual” y desde 1918 trabajaba para la First National, por la tanto, conocía perfectamente el oficio, pero aún estaban por llegar sus grandes obras maestras. Ésta es la primera de una serie gloriosa.

La película está trufada de gags magistrales y divertidísimos, que se alternan con escenas melodramáticas muy emotivas. “El chico” fue retocada en 1971 por Chaplin eliminando tres escenas de la madre (Edna Purviance) del chico, que no mejoraban el relato y añadiendo una magnífica música melodramática compuesta por él mismo que realza la emoción y las aventuras de estos dos pícaros entrañables. El cineasta consigue seducirnos con la insignificancia física del vagabundo, su ternura, su delicadeza, su tenacidad y su imaginación. Chaplin era mucho más que un simple cómico, era un payaso y esa era la diferencia. Los cómicos te hacen reír, pero enseguida te olvidas de por qué reías. Pero los payasos te hacen reír y llorar, eso no se olvida nunca porque comprenden y conocen el alma humana. Nada más comenzar el film, Chaplin nos advierte: “una película con una sonrisa y, quizá, alguna lágrima”, como reza su primer rótulo, pecando de modesto y humilde combina por primera vez ambos elementos con plena eficacia. Su muy recomendable primera obra maestra.
EL ALBATROS
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