Como ha comentado alguien, yo era de los que me quedaba de madrugada los fines de semana viendo Doctor en Alaska. En aquella época era difícil seguirla por la mala programación que tenía. Debías poner el video a grabar y claro, no siempre salía bien el experimento...

Era maravillosa. No sólo era una serie de televisión, era LA VIDA!, era un aprendizaje, era un bálsamo. Como tantos chicos de mi edad, yo también quería encontrar mi Cicely... y mi Maggie

Después de 33 años desde el inicio de su emisión sigo diciendo que es lo mejor en la historia de la televisión.

La mayoría de las series son planas, no me dicen nada. Doctor en Alaska es un constante aprendizaje, te llega al corazón.

La primera vez la vi en vivo, o traté de verla aunque algún capítulo se me pasaría. La segunda vez tardé 15 años. La tercera ha sido hace poco, y han pasado 13 años desde la última. La veo seguida, sin apenas pausas, durante varios días. Dejo pasar el tiempo, mucho tiempo, para olvidarla y que me vuelva a llenar tanto cuando la vuelvo a ver.

Al terminar... cuando llega el final... comienzo a llorar. Primero de alegría, por todo lo que me da, y por otra parte de tristeza, porque termina, porque pasarán años hasta que la vuela a ver.

Creo, sólo creo, que no pasarán tantos años hasta la siguiente.

Hasta la próxima Cicely!