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Voto de pizzapasta:
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Documental
La historia de cómo la verdad se convirtió en la primera víctima de la guerra de Iraq. "Al descubierto: la guerra en Iraq" es un documental que desmonta la causa esgrimida por la Administración de Bush para la invasión de Iraq que siguió a los atentados del 11 de septiembre de 2001 a través de entrevistas a funcionarios de los servicios de inteligencia y de defensa estadounidenses, expertos en asuntos exteriores e inspectores de armas ... [+]
6 de junio de 2008
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy todos sabemos ya de qué manera nos han mentido.
Y sabemos tambien que desde el primer momento la gentuza en cuestión era perfectamente consciente de lo que se hacía y de a lo que se iba a Irak.
De hecho este documental no es que realmente descubra nada nuevo; simplemente nos lo confirma con datos y testimonios muy concretos y fiables; por lo que más que un valor esclarecedor, se podría decir que cumple una función condenatoria indispensable.
Y por eso ahora digo yo... Si hay pruebas inculpatorias suficientes por medio de las cuales se pueden exigir responsabilidades a los causantes de semejante catástrofe humanitaria, ¿a qué narices se está esperando?
Esta impunidad nos hace no sólo débiles, sino también incluso cómplices.
Esta impunidad supone la evidencia de la total parcialidad, ineficacia e incompetencia del Tribunal Internacional. Creo que a muchos nos gustaría saber quién, cómo y cuándo va a tomar las medidas oportunas al respecto y, claro está, qué medidas van a ser éstas (si es que están previstas, porque si no fuese así ¿qué podríamos esperar ya de los organismos internacionales?).
(Continúo en spoiler. No desvelo nada, lo que pasa es que el tema en cuestión me indigna un mundo; la crítica me sale más larga de lo permitido, y la verdad es que hoy no me apetece quitarle nada).
Y sabemos tambien que desde el primer momento la gentuza en cuestión era perfectamente consciente de lo que se hacía y de a lo que se iba a Irak.
De hecho este documental no es que realmente descubra nada nuevo; simplemente nos lo confirma con datos y testimonios muy concretos y fiables; por lo que más que un valor esclarecedor, se podría decir que cumple una función condenatoria indispensable.
Y por eso ahora digo yo... Si hay pruebas inculpatorias suficientes por medio de las cuales se pueden exigir responsabilidades a los causantes de semejante catástrofe humanitaria, ¿a qué narices se está esperando?
Esta impunidad nos hace no sólo débiles, sino también incluso cómplices.
Esta impunidad supone la evidencia de la total parcialidad, ineficacia e incompetencia del Tribunal Internacional. Creo que a muchos nos gustaría saber quién, cómo y cuándo va a tomar las medidas oportunas al respecto y, claro está, qué medidas van a ser éstas (si es que están previstas, porque si no fuese así ¿qué podríamos esperar ya de los organismos internacionales?).
(Continúo en spoiler. No desvelo nada, lo que pasa es que el tema en cuestión me indigna un mundo; la crítica me sale más larga de lo permitido, y la verdad es que hoy no me apetece quitarle nada).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Conviene preguntarse también a qué grado de lerdez profunda es capaz de llegar la opinión pública de una potencia económica y política mundial como USA, cuando después de haber sido engañada y manipulada cochina y descaradamente por un gobierno corrupto y terrorista, no han sido capaces de comprender la gravedad del asunto y, consecuentemente, tomar la decisión de defenestrar al pelele ignorante de su presidente. Observar cómo personajillos de este calibre son los que gobiernan y deciden el futuro del planeta debería inquietarnos y mucho; y más aún si cuando después de quedar tan con el culo al aire ni siquiera tienen la dignidad, ni el menor ápice de pudor moral y vergüenza para, como mínimo, dimitir y no volver a aparecer ante una cámara en su puñetera vida.
A estas alturas cabe preguntarse también donde están los límites permitibles de la incompetencia política y de la degradación del poder; y éste es un problema de todos, no seamos ciegos, ni amnésicos, ni tontos, ni conformistas: recordemos que estamos hablando en esta caso en concreto NO DE UNA NEGLIGENCIA INVOLUNTARIA (causante de miles de muertes, por cierto), sino de una PREMEDITADA ACCIÓN DE ENGAÑO DE DIMENSIÓN INTERNACIONAL CON FINES EXCLUSIVAMENTE LUCRATIVOS.
El capitalismo y la sociedad de consumo empiezan a demostrar múltiples síntomas de una putrefacción cuasi irreparable y, en lugar de ponerle remedio y buscar alternativas parece que preferimos ignorar el hedor, en un evidente ejemplo de síndrome de Diógenes social masivo que nos hace ya totalmente insensibles a la basura con la cual convivimos dentro de nuestra propia casa.
¿Será posible que hayamos desarrollado tal insensibilidad que ni siquiera nos molestan los ramalazos de hedor que de cuando en vez aún somos capaces de percibir?
¿O es que aguantar tanta mierda es el precio que estamos obligados a pagar, sin más alternativas, por mantener nuestra confortable vida occidental?
Si es así, yo digo NO.
Además, de un tiempo a esta parte, cada vez siento más vergüenza de ser occidental.
A estas alturas cabe preguntarse también donde están los límites permitibles de la incompetencia política y de la degradación del poder; y éste es un problema de todos, no seamos ciegos, ni amnésicos, ni tontos, ni conformistas: recordemos que estamos hablando en esta caso en concreto NO DE UNA NEGLIGENCIA INVOLUNTARIA (causante de miles de muertes, por cierto), sino de una PREMEDITADA ACCIÓN DE ENGAÑO DE DIMENSIÓN INTERNACIONAL CON FINES EXCLUSIVAMENTE LUCRATIVOS.
El capitalismo y la sociedad de consumo empiezan a demostrar múltiples síntomas de una putrefacción cuasi irreparable y, en lugar de ponerle remedio y buscar alternativas parece que preferimos ignorar el hedor, en un evidente ejemplo de síndrome de Diógenes social masivo que nos hace ya totalmente insensibles a la basura con la cual convivimos dentro de nuestra propia casa.
¿Será posible que hayamos desarrollado tal insensibilidad que ni siquiera nos molestan los ramalazos de hedor que de cuando en vez aún somos capaces de percibir?
¿O es que aguantar tanta mierda es el precio que estamos obligados a pagar, sin más alternativas, por mantener nuestra confortable vida occidental?
Si es así, yo digo NO.
Además, de un tiempo a esta parte, cada vez siento más vergüenza de ser occidental.