Tan saturado de series cuyos protagonistas a pesar de sus defectos parecen reflejar a un modelo a imitar o por lo menos respetar, aparece Bryan Cranston con su vida mediocre, su coche mediocre, su curro mediocre y su familia (que es para verla)...¡Dios! Pero si ese tío puede ser verdaderamente mi vecino, no Dexter, ni House, pero sí Walter White, un hombre normal que en momentos de crisis, pero de verdadera crisis, se ve superado por las circunstancias, constantemente superado por ellas.

Creo que lo que me sedujo de la serie es que al contrario que el resto de series que he visto hasta ahora, no hace sino empeorar las situaciones, en tensar tanto el conflicto que lo único que quieres es que acabe estallando, pero no lo hace, y tú no eres capaz de saber por qué ni eres capaz de imaginar una situación peor, pero siempre pueden empeorar las cosas, porque otra cosa no amigos, pero la vida es una experta en hacerle la puñeta a un hombre bueno.

Soberbia la interpretación de TODOS los actores, donde destaca la pareja protagonista interpretada por Walter White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul) [¿tendrá algo que ver con "el sr. Blanco y el sr. Rosa" de Reservoir?, dos personajes tan distintos, el uno tan tranquilo y cabal y otro tan nervioso e hiriente.]

Destaco en el apartado técnico la brutal fotografía, que se moja en cada plano y recuerda a los momentos de mayor lucidez de los Cohen, y destaco también la música que derrocha.

Un 10, y de los más redondos que hasta hora he dado.