Es una película de acción y aventuras, pero que lleva mensajes y denuncias incluidas. Muestra con rigor y crudeza una África pobre, oprimida, sometida a la violencia, a la corrupción, abandonada por Dios, llena de injusticias, de dolor, pero sobretodo de desesperación y de contradicciones. Las siglas “EEA” (esto es África), se repiten varias veces y presupongo que estas siglas en la versión inglesa se relacionan con el nombre Tia o Dia, del niño indígena.
El trío protagonista se mueve con agilidad y torpeza en este caótico laberinto, cada cual buscado un ideal particular: dinero, éxito y progreso futuro.
Todo parece muy bien, si no fuera que se abusa una y otra vez de las escenas de acción cruda y eso la desvirtúa y la vulgariza. Aunque claro, estas secuencias son las que más venden el cine actual y el director también tiene sus ideales de dinero, éxito y progreso que prioriza sobre sus inquietudes de tipo social. Él, como África, también es contradictorio.