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Voto de tristankl:
6
6,9
656
Documental Documental sobre la vida y carrera del mítico cantante de ópera italiano Luciano Pavarotti (1935-2007), uno de los mejores tenores de todos los tiempos.
6 de diciembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenado en la Seminci de Valladolid, Pavarotti, de Ron Howard, se acerca al ambiguo género de película-documental con el entretenimiento asegurado del espectador. Howard, conocido por hacer buenas películas muy bien contadas, como Rush, Una mente maravillosa, Apolo XIII o El desafío: Frost contra Nixon, con muchas posibilidades de sacarle brillo posterior a una ansiada estatuilla, se aproxima a una de las pocas figuras conocidas de la música clásica (de la ópera más bien, ya que Luciano apenas frecuentó otro género), narrando con eficacia la vida del tenor de Módena, aunque como filmador su tarea prácticamente se limita a planos fijos, entrevistando a las dos esposas del cantante y a sus hijas, así como a personalidades musicales y culturales cercanas al modenés.
Por ninguna parte llega a ser un documental introvertido que genere preguntas sobre un cantante legendario y que aporte los suficientes valores para contentar al melómano, y por otra, tampoco le aporta al ignoto el incentivo de acercarse a escuchar sus numerosas grabaciones y descubrir un género, como la ópera, que solo necesita una pequeña chispa para que cunda la llama de la afición, si el que la recibe está dispuesto a calentarse. Eso sí, vemos al cantante cocinando en numerosas tomas de vídeo casero (él sabía que éstas darían su beneficio, por lo que se dejó filmar “en familia” en multitud de ocasiones), manteniendo una amplia sonrisa mientras la salsa de tomate chisporrotea en la aceitosa sartén, hablando hacia la cámara con fingida sinceridad acerca de qué considera que es su legado.
Entre los “invitados” no faltan los dos tenores restantes del famoso tridente, que generó más beneficios que cualquier empresa del momento, además de Zubin Mehta, maestro de ceremonias de aquellas galas destinadas a cantar al unísono O Sole mio o “Nessun dorma”, mientras las cuentas corrientes de sellos discográficos, agentes y equipo artístico crecía al mismo tiempo que cada Do se emitía de estas privilegiadas gargantas doradas. Pero por ninguna parte aparece Mirella Freni, criada junto a Luciano en su juventud y partenaire de algunos instantes operísticos inolvidables; o cualquier director de orquesta de talla que le hubiera dirigido de verdad (pienso en Solti o Karajan), atando en corto a un genio de voz única pero menor intuición musical, como sí lo fue Plácido Domingo, que también aparece en su doble faceta de cantante y director. Y todavía más flagrante, después de casi dos horas de montaje y filmación, la palabra Verdi no se pronuncia… Visión agradable, de lágrima fácil, que ahonda en los últimos años de la enfermedad del tenor, de guion previsible, legando algunos bellos momentos con imágenes del joven cantante y documentos audiovisuales que posiblemente ven la luz por vez primera.
tristankl
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