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Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · São Tomé
Voto de Alexei:
10
Drama. Intriga A la ciudad llega un espectáculo ambulante que promete exhibir a la ballena más grande del mundo. Despierta también una gran curiosidad una figura misteriosa e imprevisible a la que llaman "el Príncipe"... (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2006
89 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bien, sé que esto no es un foro, pero me gustaría desde aquí defender Sátántangó, hacer mi análisis de Armonías de Werckmeister y no malgastar mucho mi tiempo intercambiando opiniones con personas que recurren a la grosería y a lo soez para expresarse, porque, una cosa es estar en un bar con tus colegas, y otra muy diferente hacer una crítica, y me parece la opción blanda y un poco triste acudir a este tipo de lenguaje no teniendo más que ofrecer que un par de tacos; y alguien que escribe "deberían fusilar a Béla Tarr" o "ésta película es una puta mierda" sin ningún tipo de argumentos deja mucho que desear de su capacidad intelectual, o de su capacidad en general.
Para empezar, Sátántangó dura siete horas y media, que no digo que sea poco. Luego, resulta un poco bochornoso ponerle un 9 o un 10 a una película cuando a uno no le ha gustado, y os aseguro que ese no es mi caso. Ahora, con respecto a lo del Sevilla Festival de Cine 100% Europeo, estoy de acuerdo con que la organización es bastante mala (estamos en Sevilla…), pero muchas de las propuestas que nos ofrece son muy interesantes.
Por culpa de reaccionarios cuadriculados Van Gogh se pegó un tiro, ¿y no decían que Mozart era “demasiado elaborado” y lo enterraron en una fosa común como a un perro?, ¿y qué fue de Modigliani?, bien, pues ahora todo el mundo los adora.
El arte vanguardista en general peca de esa debilidad: o se odia, o se ama. Yo intenté ser honesto y reconocí que me quedé dormido viendo Sátántangó, y que en algunas escenas uno se pregunta si le están tomando el pelo o no, pero todas esas dudas se disuelven cuando uno ve la secuencia que abre Armonías de Werckmeister: en ese momento entiendes que Béla Tarr es un genio, y su cine, una experiencia única.
El director húngaro, comprometido radicalmente con el arte, o comprometido con un arte radical, nos narra aquí una historia (basada en el libro "Melancolía de la Resistencia" de László Krasznahorkai) demencial, absurda, apabullante, tremenda, triste, mágica, devastadora, desoladora, pese a su dureza y aspereza hermosísima (qué música Dios mío la de Mihály Víg; qué rostro impagable el de Lars Rudolph), salvajemente lírica… una obra de arte absoluta.

P.D.: Me parece patético hacer un análisis sin haber visto la película entera.
Alexei
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