Ésta película nos tiene a los espectadores, durante su corta duración preguntándonos "¿Por qué?". De hecho, mucha gente no entra del todo en ésta historia justamente porque no acepta el romance que se nos presenta. Estás todo el rato interrogándote a ti mismo elucubrando ideas que podría haber utilizado Fassbinder que "mejoren" su filme, pero el tipo sabía lo que hacía. Qué quería contar y cómo quería hacerlo.

Es curioso pero totalmente real, cómo una sociedad que no se ha recuperado del todo de un pasado sangriento al que por unanimidad sus ciudadanos, seguramente repudian. O repudiaban, si sólo nos ceñimos a la época en la que se rodó "Angst essen seele auf", y sin embargo todavía tienen las ganas de sorprenderse porque un alemán se enamore de un foráneo, y si sólo fuera que se escandalizan pero no, buscan interceder para hacer daño.

Me encanta cómo está construida ésta inusual historia de amor, de amistad, de compañerismo. Me gusta cómo está representada la soledad que irrumpe a todos los personajes, el trato al distinto, al que se ve con temor y por supuesto con prejuicios. En medio de todo eso, éstos protagonistas se encuentran y no se necesitan, pero aún así se eligen.

La austera puesta en escena me gusta, le viene como anillo al dedo porque lo interesante además de las interpretaciones es la historia que se nos está narrando, y no el decorado. Pero aunque parezca quizás poco cuidada la planificación, a mi me parece todo lo contrario... los planos que encierran a la pareja, siempre solos ante la adversidad, únicamente acompañados por miradas escrutadoras.

Muy recomendable, y espero que muchos más espectadores la disfruten ya que es un filme atemporal. Lo que plantea tiene mucha vigencia.