Qué cruz tenemos con las películas que juegan a ser históricas. Por dónde empezar... lo primero es que la patada que le mete a la historia y las leyendas artúricas es de campeonato. Lo mejor es esa excalibur (supuestamente de origen romano), que se nos aparece como un espadón medieval, con bonita decoración renacentista. Y tan limpia y bruñida a través de los siglos. Del supuesto último emperador romano mejor no hablar.
La película, sin argumento coherente, transcurre como una peli porno: lucha de uno contra uno, dos contra cuatro, uno contra dos, muchos contra muchos.. para culminar con la batalla final, desorganizada y sin sentido, y cutre de medios.
No vale ni como peli de acción.