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Togo Togo · Noplace
Voto de AGF:
3
Aventuras. Drama. Bélico. Romance Año 1939. Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman) es una aristócrata inglesa frívola y superficial. Un matrimonio sin amor y sin hijos le ha privado de todo lo que que no sea su cuadra de caballos. Convencida de que su marido le es infiel, Sarah viaja desde Londres hasta Darwin, en Australia, para enfrentarse con él. Su guía, Drover (Hugh Jackman), es un ganadero tan tosco como refinada es Sarah. La profunda antipatía que se profesan se ... [+]
7 de diciembre de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Temía a Australia. Esperaba de ella un insufrible romance carente del menor interés. Pero la realidad resulta ser, además de distante de mis expectativas, en absoluto deseable… peor todavía. Porque lo del romance -qué jodido está el mundo- es sólo un sucio truco de márketing para atraer al gran público.

¿Y qué puede ser más indeseable que un insufrible romance sin interés alguno? Una vulgar peliculilla de aventuras, que pasará con más pena que gloria a los anales del olvido y que, para colmo, costó 180 millones de dólares.

Es esta una de esas películas en las que, a los pocos minutos del comienzo (concretamente, en la aparición de Hugh Jackman), uno sabe que la calidad apenas va a hacer acto de presencia. Y si lo hace aquí, es en una curiosa fotografía que ni de coña puede levantar, ella solita, un colosal esperpento de las dimensiones en cuestión.

Porque a parte Australia se autopinta de superproducción destinada a triunfar, cuando es un producto difícil de tomar en serio. ¿Por qué?, toca preguntarse otra vez. Pues en primer lugar, por esos... irrespetuosos, diría yo, toques de humor a lo peli de Jackie Chan con un tío rubio muy simpático que no sé como se llama. En segundo, por su almibarada historia, desprovista de cualquier atisbo de complejidad/profundidad, cutre donde las haya. En tercero, y probablemente más importante, por el irritante topicazo de: chico en exceso rudo y machote conoce a chica en exceso finolis y aristocrática; ambos, muy guapos y tal, se enamoran y se convierten en la pareja perfecta. En cuarto, el resto de los innumerables despropósitos que pueblan este yermo terreno cinematográfico, entre los cuales podríamos destacar las risas perversas de los malos malísimos sobreactuados, o el ridículo a más no poder viejo hechicero con irrisorio complejo de flamenco.

Y es que, ya que la componente de ficción del filme chirría tanto, para que ésta resultase no ya creíble, sino digerible, podrían haber ideado una canción mágica cuya letra no fuese “mango, mango”.

Verdaderamente asombroso y preocupante que para escribir el guión de este estrepitoso fiasco sean precisas cuatro personas. Cuatro cerebros para convertir 180 millones de dólares en mierda. Mierda rentable, además. Pestilente Hollywood made in Australia.

Cabe añadir que todavía no sé muy bien de qué iba la película. De qué iba en el sentido de si trataba de ser una de esas clásicas –o no tanto- y ñoñas pelis de aventuras, o de si pretendía ser un homenaje desde las alturas a esas clásicas y ñoñas pelis de aventuras. Pero de una forma u otra, el largolargolargometraje que nos ocupa sigue sin hacerme el menor tilín por la siguiente razón metaforizada:
No me gustaría presenciar un acto que conmemorase a Hitler, porque eso del nazismo no me gusta nada.

Vamos, que durante su primera hora y media es un grandioso bodrio que entretiene; y durante los siguientes sesenta minutos, es un grandioso bodrio que te hace dormir.

En conciso resumen: truño.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AGF
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