Lo más desastroso de todo es que sea una película de formato totalmente familiar y juvenil que por culpa de pasarse de listos acaba teniendo una calificación de +13. Salvo algunos detalles técnicos que no están mal del todo, lo demás es un batiburrillo barato de estereotipos y clichés de pelis de aventuras, invasiones y adolecentadas que tratan de emular sin fortuna las míticas películas con niños de los 80 pero con malogradas interpretaciones actuales. Siempre es nostálgico introducir referencias cinematográficas y culturales, o incluso guiños a otras cintas, pero esta vez parecen tan forzadas que apenas se disfrutan. Otro estrepitoso fracaso de Netflix y Adidas. Sí, Adidas, otro calzador absurdo que seguramente puso el dinero suficiente como para añadir otro sin sentido a la película.