Un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial resulta gravemente dañado y vulnerable en medio del océano, los aliados intentarán apoderarse del decodificador “enigma” mediante una treta de suplantación.
Se trata de un film básicamente naval, el 97% del metraje transcurre dentro de los dos sumergibles que dan vida a la película. La recreación de los pormenores cotidianos de nuestros personajes dentro de la nave, están narrados y descritos con una exactitud realmente asombrosa. La cinta dispone de unas bellas y espectaculares imágenes marinas y acuáticas, es entretenida y se sigue con interés.
El único y gran problema de la película se llama Matthew McConaughey, su nefasta actuación de aficionado arrastra toda la credibilidad del film como un lastre que no permite a nadie tomarse la cinta en serio, por más que la brillante interpretación de Hervey Keitel intente remediar lo irremediable.
Resumiendo: Entretenida pero estropeada por el protagonista.