El servicio de contra espionaje británico detecta filtraciones de la sección africana en Londres que acaban en Moscú, y abre una investigación de todo el personal del departamento.
Otto Preminger, un director con merecida fama de tirano, dirigió esta buena película que no ha sido valorada con la justicia que se merece. Es verdad que es cutre, rodada con tan solo un puñado de actores y con una falta de medios y de presupuesto evidente. Pero las virtudes ganan a los pocos defectos, es inteligente y con unos diálogos aun más inteligentes, tiene el más puro y refinado estilo británico donde vemos un servicio de espionaje casero y sin alardes de grandeza, es intrigante, pausada, relajante y sabe mantener la atención y el interés del espectador hasta el final.
El protagonista es un hombre sencillo y humano, en el polo opuesto de los espías de película, ya que este es real.
Resumiendo: Pequeña obra maestra del cine de espionaje, recomendable.