La película transcurre de una forma muy solvente durante la mayoría de su metraje. La tripulación de una nave ha recibido el encargo de acompañar a un científico en una búsqueda y rescate de un objetivo del que desconocen en un principio su identidad. Pero ya muy pronto se revela que se trata de otra supuesta nave, Event Horizon, que constituye casi una leyenda, por su capacidad de viajar a mayor velocidad que ninguna otra, y que se encuentra desaparecida. Pronto el científico, que se identifica como el creador de dicha nave, desvela el misterio: se ha recibido una transmisión procedente del Event Horizon, cuando ya se la daba por perdida, y este hombre cuenta a sus compañeros de viaje que el secreto de la velocidad de tal nave no es que viaje a tal velocidad, sino que crea agujeros en el espacio tiempo y es capaz de saltar a través de ellos.

Con este principio tan prometedor, todo en la película sigue siendo un acierto, alcanzando la nave protagonista al Event Horizon, abordándola, descubriendo la desaparición, y después la muerte, de toda su tripulación, e incluso descubriendo la terrorífica verdad: que la nave usaba un motor capaz de crear un agujero negro del que saca la energía, y que, al parecer, a la vuelta desde su anterior ubicación a través de una agujero espacio temporal, puede haberse traido consigo algo de allí.

Y todo va perfecto hasta que, tras traicionar el científico a la tripulación para que no abandonen el Event Horizon (como pretenden hacer para salvar sus vidas), en un enfrentamiento con él, éste muere al salir despedido de la nave por la descompresión tras la rotura de un ventanal. Los supervivientes, que han perdido su nave originaria tras el sabotaje del científico, planean poder volver a casa activando un "desacoplamiento de emergencia" del que está provisto el Event Horizon, que destruye una sección de la nave en la que se encuentra precisamente la sección... "maligna" que amenaza sus vidas.

Pero, a partir de ahí, el argumento se convierte en un sinsentido, con absurdeces tales como partes de la nave misma explotando en un torrente de sangre que vaya usted a saber de dónde aparece y por qué era necesario incluirlo, hasta el regreso del villanesco científico que (con un aspecto deformado a lo Hellraiser que no viene a cuento) inexplicablemente ha sido salvado y devuelto a la nave por ese... ente malvado que la posee. Y, para colmo, un susto final, cuando los dos únicos supervivientes ya se creen a salvo y rescatados, que tiene más ridiculez que muchas escenas de películas caseras.

En definitiva, es como ver dos películas en una: dos tercios de una calidad bastante notable, y un tercio final totalmente irrisorio, si no fuera por el cabreo que causa tal contraste. Véala, y juzgue usted mismo.