Esto es Terry Guilliam en estado puro. Este hombre tiene una forma de hacer cine muy personal y enseguida se nota si el está tras las cámaras o no.

Visualmente en ocasiones es agotador en las representaciones de escenarios fantásticos. Mucho cable, metales, objetos random por todos los lados y todo con pinta de estar roto y sucio. En esta película es capaz de mezclar está estética para situarnos en el futuro; con una estética contemporánea para situarnos en nuestro presente (1996). No obstante juega mucho con la fotografía para transmitir el desconcierto de el protagonista. Esto lo podemos ver en los planos que se utilizan en el futuro o en la parte del psiquiátrico, comparándolos con los planos que nos ofrecen cuando esta en momentos más estables junto a la doctora.

Respecto a si tiene fallos. Claro que los tiene, pero los fallos en las pelis son como los defectos de tu novia. Mientras estés enamorado lo pasas por alto o incluso te resultan entrañables.

Es una auténtico clásico de la ciencia ficción, sin lugar a dudas imprescindible. Bajo mi punto de vista la mejor película de Guilliam. Lo digo como fan del director y como usuario de cine.