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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
5
Ciencia ficción. Fantástico. Terror Copia de "Alien" pero ambientada en un buque soviético hundido, con mineros submarinos en lugar de astronautas y el monstruo resultante de un experimento genético fallido en lugar de un extraterrestre. Sin poder salir a la superficie, los mineros deberán sobrevivir y buscar la forma de acabar con un monstruo sediento de sangre. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2010
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Empezaré con una pequeña anécdota que te dejará bien claro por dónde van los tiros: La célebre nave de “Alien" iba a llamarse en un principio “Leviathan”, pero en el último momento el productor, David Giler, sugirió que quedaría más sonoro “Nostromo”.

Bueno, pues, dicho esto, he acabado: no necesitas saber más.

Y es que es exactamente eso: un remake mal disimulado de “Alien” con algún que otro añadido “para dar color” de “La cosa”. ¿Alguna diferencia sustancial? Pues, hombre, ésta se ambienta en una base minera abisal, a tres mil metros de profundidad y... Poco más. Por lo demás, va tomando de una u otra lo que le interesa con la mayor desvergüenza.

Para que te hagas una idea, haré pequeño recuento de similitudes. Si no te importa, pásate al spoiler:
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Y sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, que no invita al optimismo, hay que decir que en su primera hora la película es más que digna y funciona. Curiosamente, y pesar de que es más que previsible lo que pasará la siguiente escena -o quizás precisamente por ello- la película consigue resultar inquietante y aceptablemente terrorífica, proporcionando un buen grado se suspense y un montón de momentos “¡No, idiota, no hagas eso!” de esos que todo amante del genero aprecia. El problema, es su media hora final, cuando terminan los preliminares y se desencadenan los acontecimientos. Llegado a este punto cualquier comparación con “Alien” o incluso “La Cosa” se vuelve insultante. Y es que la total falta de medios y la escasísima imaginación de los responsables de arte y efectos especiales consiguen que lo que finalmente aparece ante nuestro ojos, el esperado “monstruo”, más que miedo, nos dé risa: una de las criaturas más ridículas y tópicas que ha dado el género en mucho tiempo. Y si a eso le unimos un final pueril, ramplón e inverosímil, apaga y vámonos.

Desaprovechada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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