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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
5
Terror La entomóloga Remi Panos lleva una vida monótona y no tiene mucho éxito con los hombres pero de repente, se verá involucrada en una investigación policial. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que el regusto que a uno se le queda a uno tras un visionado depende mucho de las expectativas. A veces, una película queda arruinada por prometer mucho más de lo que finalmente es capaz de ofrecer y, a veces, en contra, queda dignificada si consigue darnos un poco más de lo que esperábamos.

Ejemplo de lo primero era el primer Mimic, que, tras un principio arrollador, estéticamente impecable y lleno de buenas ideas, se iba desinflando poco a poco hasta desembocar en un final lamentable, lleno de clichés y que apestaba (casi escena a escena) a copia Serie B de Aliens. Algo especialmente decepcionante teniendo en cuenta que se sobreentiende que Del Toro es sinónimo de cierta calidad y originalidad.

Aquí pasa exactamente lo contrario. Y es que de una secuela “directo a video” dirigida por el señor donnadie y protagonizada por “no los conocen ni en su casa a la hora de comer” lo más que espero es un guión inexistente y casquería de relleno para dar y tomar. Y a Dios gracias si la cosa tiene el suficiente nervio como para no dejarme sobao en el sofá… Pues bien, mira por dónde, el tal Segonzac no lo hace nada mal. Para empezar, y es lo primero que sorprende, la fotografía es francamente magnífica y poco acorde con su presupuesto; prueba inequívoca de que había ganas de hacer las cosas bien (dentro de lo que cabe, entiéndase). Y si eso no te convence, ahí va otro punto en su favor: el ritmo es impecable; directo como un tiro pero sin atropellos. Además, Mimic 2 nos brinda unos efectos especiales correctos, que no destacan por su calidad pero que cumplen sobradamente.


Pero, sin duda, y dejando aparte esas chorradillas cinéfilas que a (casi) nadie interesan, lo que más se agradece es el guión, la historia, que… No, no es ninguna maravilla y, no, no es precisamente un ejemplo de verosimilitud, pero resulta francamente entretenida y tiene el buen criterio de, al contrario que ocurria en Mimic, no tomarse a sí misma demasiado en serio. Mimic 2 consigue mantenerte (visitas al frigo, aparte) sus agradecidos 75 minutos escasos de metraje pegado a la pantalla y ni por un instante se hace tediosa o repetitiva . De hecho, esta secuela tiene el inmenso mérito (del que carecía el original) de intentar alejarse de los clichés del género y sacarse de la manga unas cuantas ideas interesantes y un final que no por esperpéntico y risible (las cosas como son) resulta menos perturbador, refrescante y original.

En definitiva, un modesto pero eficaz entreteniemiento que se situa un poco por encima del promedio del género. A veces una buena Serie B resulta más de agradecer que según que “Series A” fallidas y pretenciosas.
Jinete nocturno
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