Excelente película sobre la vida y la muerte narrada desde la mirada de dos adolescentes La directora nos acerca la presencia de la muerte desde la tradición en una pequeña isla japonesa, sus costumbres ancestrales de despedida de la vida (la actuación serena de la madre de la chica adolescente, nos invita a ver la trascendencia de la vida a un paso tan cerca de la muerte...) y también los problemas de soledad de los adolescentes cuando fallan los puntos de referencia de los padres, ya sea por ausencia real (muerte de uno de ellos) o porque el vinculo difícil con los padres hace que se dificulte en los mismos.
Con un ritmo a pedaladas de la bici, la vida transcurre de forma distinta, sobe todo si es capaz de situar la cámara desde el punto de vista de ellos, juntos en el mismo recorrido.
Merece la pena ver esta película y disfrutarla en pequeñas dosis...