Olvidaos de la sencillez de la primera, de la eficacia, de la simpatía que despertaban los personajes, olvidaos del acertado tratamiento de los miedos de cada personaje, del buen ritmo y la buena dosificación de la acción, el humor y el terror... Olvidaos.
Aquí todo es excesivo, nada tiene un sentido ni un significado, los personajes no interesan, todo es ruido, desorden y chistes fuera de lugar.
Pennywise era hipnótico, violento, peligroso, amenazante, malévolo y terrorífico...en la primera parte. Aquí es un invitado que sale poco, muy poco y no tiene un objetivo claro en ningún momento. Nadie tiene un objetivo claro más allá de matar al payaso y el payaso matarlos a ellos. Y fin. Ese es el argumento de la película. ¿Los personajes de adultos tienen los mismos miedos que de niños? Pues no aporta nada esta segunda parte entonces, aparte de que me parece un desperdicio tremendo no profundizar en los miedos de un adulto...
Las escenas de alucinaciones se suceden hasta resultar cansinas y todo esto durante 3 eternas horas.
Un error de película que además desluce el brillo de la primera.
Que venga Pennywise y se la coma, como si nunca hubiera existido.
Me quedo con la primera. No necesito más.