Con el paso del tiempo, nos llegará alguna película biográfica de Elvis Presley u Otis Redding y las nuevas generaciones conocerán quienes eran esos que inspiraron a los que escuchan hoy día. Esos se merecen este tipo de homenajes en forma de film.

Debido a mi edad, James Brown no me pilla lejos y mucho menos cuando desde pequeño entré de lleno en el mundo de la música a través de un tío materno que me enseñó a escuchar de todo, pero en especial, música de otra época. Años, 60 y 70, ya la de los 80 la encontraba con solo encender la radio o el televisor.

I feel good cumple con creces con todo aquello que se proponía. Contar la historia de la vida de Brown y hacernos llegar su legado. Es curioso como la mayoría de las personas que suelen destacar por encima de las demás en una misma materia, han tenido una infancia poco agraciada, creo que éste es el motivo que las hace doblar esfuerzos para demostrar que pueden hacerse un nombre a pesar de las adversidades. Un chico negro que habita en una cabaña, cuya madre lo abandona y que no tiene precisamente el cariño de su padre, criado por una tía cuyo negocio era el alcohol y la prostitución. No era de extrañar que muy joven se metiera en problemas y acabara en la cárcel. Pero por fortuna apareció la música en su vida y él nació para la música, todo esto transformó su propósito a raíz de aquí.

Tate Taylor nos lo presenta de forma progresiva y que lo podamos entender sin problemas, incluso hace que por momentos sea el propio protagonista el que mirando a cámara, trate de explicar cosas a los espectadores, ganándose el afecto de quien esto ve. La historia se centra más que nada en su ascenso en el mundo de la música, porque no nos engañemos, es lo que realmente nos interesa a los amantes de todo esto. No se para mucho tiempo en el morbo, en su lado oscuro o en sus problemas con la ley. A mi sinceramente me interesa poco de lo que comía Elvis Presley, o que coche le gustaba o quien se reunía los domingos después de misa, me interesa su música y punto. Creo que por esa parte ha sido un acierto pleno. Es normal que si se reflejen ciertos momentos de su vida, porque recordemos que tampoco era un santo. Pero a sabiendas de los problemas tan complicados que vivió con las drogas, aquí se pasa de puntillas. Chapeau.


Chadwick Boseman hace una actuación memorable, se mete al personaje en el bolsillo y lo hace suyo. Lo más complicado era por un lado demostrar fuera del escenario su personalidad y temperamento, y dentro de el, su fuerza y a la vez su lado más sentimental y en ambos está soberbio. Quizás se me ha hecho corta la participación de la gran Viola Davis, sin embargo, la han compensado con la actuación de la señora Brown, la oscarizada Octavia Spencer.

Si alguien no conoce la vida de James Brown, esta es su película y si tuviste la suerte de conocerla, tampoco te la deberías perder.