Si no llego a mirar a quien corresponde la producción, habría apostado que correspondía a la potente Disney, pero no. Porque va en su línea.

Naturaleza, una historia tragicomedia, localizaciones espectaculares y efectos especiales para aburrirte, todos los ingredientes necesarios para que no te levantes de tu asiento.

Es cierto que la portada de la película te confunde mucho, porque Harrison Ford es uno más de los personajes que pasan por la vida del perro, pero no el protagonista principal. La historia se centra exclusivamente en la vida del perro, desde que pertenece a su primer dueño, un famoso juez, hasta que se van desarrollando los sucesos venideros, que no voy a desvelar para no hacer espoiler.

Me ha gustado mucho el personaje de Omar Sy en la vida del perro, porque éste chaval siempre transmite buen rollo, allá donde esté, oye, que compro un perro medio torpe cuando podría haber comprado dos, no pasa nada, suelto un chiste, oye, que me hace tener un accidente donde me puedo matar, no pasa nada, suelto otro chiste. Eso sí, las partes de más acción de la película, son cuando el perro está bajo su mando y comienza a entender lo que es ser un líder en un grupo de perros de trineo.

Puede parecer un hándicap lo de usar mucho los efectos especiales por ordenador para recrear a los perros, pero es lo normal. ¿Qué perro te haría lo que hace nuestro protagonista sino fuese por los efectos especiales? Ya os lo digo yo, ninguno.

El mensaje final es muy real y positivo, cada uno tenemos nuestro sitio, la fortuna en esta vida es dar con ese lugar lo antes posible.