Un largo viaje es un título perfecto para la historia real que nos trae Jonathan Teplitzky. Eric Lomax era un soldado británico amante de los trenes y un gran conocedor de la información y sus medios. Fue apresado por el ejército japonés y torturado cruelmente por encontrarlo en posesión de una radio que ellos entendían como un medio para pasar información al enemigo.

Pues Eric llevó esa mala experiencia a su día a día por muchos años y esto lo convirtió en un tipo raro, introvertido y soso. Hasta que el amor llegó a su vida y se hizo más sociable. Pero él guardaba un secreto de guerra y su mujer lo desconocía. A través de la película veremos la progresión del personaje femenino encarnado por la guapísima Nicole Kidman hacía la búsqueda de la solución al problema de su esposo para que fuese de nuevo feliz. Para ello acude a uno de los compañeros del ejército, quien la pone al día.

Lo cierto es que a pesar de estar basado en un hecho real, el director se ha tomado la licencia de jugar con los hechos para hacerlos más atractivos al espectador en relación a lo que ocurrió realmente. En realidad no fue ningún torturador, sino un simple traductor que trabajaba para el ejército japonés, pero fue al único que encontró con el paso de los años. Y tampoco hubo ningún amigo de por medio para localizar al desafortunado traductor, sino fue un trabajo exclusivo de su esposa. Y mucho menos esas escenas del cara a cara en el Museo...todo fuegos artificiales para el espectador que hace menos creíble la historia, sí vale, más espectacular, pero menos creíble.

Aún así no deja de ser una bonita historia que nos cuenta que al final las guerras no conllevan a nada, y los que siempre pierden son los que participan y sus familiares.