Han tenido que pasar 30 años para que me siente a disfrutar de una maravillosa película sobre una época dura y oscura de la España antigua. Donde prevalecían los corsés sociales, ya fuesen en forma de religión, de educación o costumbres.

Mario Camus nos trae a la pantalla la obra célebre del escritor granadino Federico García Lorca y se agarra al texto original de la obra teatral como una garrapata a la piel de un perro y esto no es criticable como he leído, esto es en mi opinión el acierto del resultado final.


Cuando mencionan que pasarán 8 años de luto, comenzamos a vivir el efecto "cárcel" desde el primer momento que la cámara nos muestra planos de la casa, planos cortos donde la atmósfera te llega más de cerca y te llega esa sensación de no poder escapar. Es curioso que al principio las paredes se ven muy blancas y van perdiendo ese color a medida que la situación se vuelve más dramática. Bernarda es fría, inflexible y muy cruel al querer arraigarse a unas normas sociales que aún a sabiendas que van en contra de la felicidad de sus 5 hijas, la seguirán manteniendo en un status social de respeto y valores. Ella misma es quien provoca los problemas futuros con ésta conducta, a pesar de los sabios consejos de Poncia (Florinda Chico), excelente en un papel alejado de la comedia, que gran actriz ha desperdiciado el cine español. Cada hermana tiene su propia personalidad, sus propios sueños/complejos/miedos y muchas coinciden en una forma humana...Pepe el Romano. Es una historia de mujeres, donde el hombre no tiene rostro específico, solo una sombra a caballo y unos golpes de herradura que cada vez que suenan, despiertan los deseos más impuros en esas mujeres que ansían el contacto físico y sexual de un hombre el cual es negado constantemente por su madre, provocando un malestar y odio entre las propias hermanas. La más rebelde es Adela, quien sueña con el día que pueda salir de la casa o compartir su vida con el hombre deseado y esto lo vemos reflejado en el color verde de la esperanza, tanto en el momento de ceder el abanico a su madre o en el traje que le vemos posteriormente, yendo en contra del negro obligado del luto. Grandiosa actuación de la actriz y cantante Ana Belén en dicho papel. Aunque sin lugar a dudas la mejor actuación es la de la veterana Irene Gutiérrez Caba quien en mi opinión perdió injustamente en los Premios Goya de 1988.

Con un lenguaje no solo peculiar, sino muy significativo en la obra, donde palabras como la sed representaba deseo sexual, disfrutaremos de una magnífica película que rinde un espectacular homenaje a un poeta que nos fue arrancado muy pronto por culpa de la guerra civil española.