Los americanos tienen el "arte" de cuando aún una noticia está en el horno y calentita, no la dejan enfriar para hacer una película o una serie. Pero ese "arte" no es específico de ellos, los españoles también lo sabemos así, aunque nos lleve un poco más de tiempo.

Santiago San Miguel aprovechó el llamativo caso de La dulce Neus y montó su película Crimen en familia, creo que pocos títulos son tan explícitos sobre lo que nos encontraremos en pantalla.

En una increíble interpretación del gran Agustín González, se nos presenta a un hombre muy severo con sus hijos, machista, maltratador, poco amoroso, tirano, cruel y violento, donde no le importa violar a su mujer cada vez que le apetezca sexo y ella no quiere, o tener a su hijo toda la noche arando con un tractor para darle un merecido. Incluso dejar a su hija "pelotas" porque según su criterio, vestía como una puta. No sabremos nunca si estos momentos son verídicos, se basan en los argumentos de la familia o son licencias que se permite el director para darle más potencia a la historia.

Lo cierto es que lo que vemos en la película, donde el padre de familia tenía muchos enemigos por su trabajo, no era cierto según las investigaciones posteriores de la policía, donde sus pistas los llevan directamente a centrarse en la familia, como así fue. Tampoco sus hijos comenzaron a trabajar en la empresa familiar tan tarde, lo hicieron a la temprana edad de 8 años. Es increíble también el hecho de que la esposa, ante tal espécimen de la raza humana, tuviese el valor de acostarse con otros hombres a espaldas de su marido, vamos, una auténtica locura.

Es más interesante la historia en si, que la película, la cual es bastante mediocre, salvada por algunas excelentes interpretaciones, como por ejemplo la de Charo López. ´

El argumento en si es bien sencillo, se presenta al espectador principalmente al cabeza de familia, para luego pasar a la familia y al trato de este y por último como se lleva a cabo el plan. Me ha faltado precisamente la razón principal, el desarrollo del plan, como una madre es capaz de convencer ya no a unos hijos menores de edad para cometer un asesinato, sino dejar exclusivamente la responsabilidad a una niña de 14 años.

Se deja ver, más por la historia, que por lo que nos ofrece la pantalla.