No entiendo al personal que se empeña una y otra vez en marear la perdiz con el mismo discurso de siempre, que si la historia está muy vista, que si esto ya lo han visto, que si no ofrece nada nuevo. Vamos a ver señores, cada historia es diferente, son personajes diferentes, situaciones diferentes y sentimientos similares. Es como decir que todos los Real Madrid-Barcelona son iguales. A ver si de una vez por todas dejan a un lado el crítico frustrado que llevan dentro, y se dedican a disfrutar de la vida hablando solamente de la película que nos concierne y dejarnos de comparaciones mediocres. ¡¡¡¡ Cuánto amargado de la vida por aquí por Dios !!!!

Entiendo que habrá miles de casos como este en todo el mundo, y que se han hecho cientos de películas al respecto, pero ahora mismo estamos tratando la historia de Betty Anne Waters, y me imagino que Tony Goldwyn no la ha llevado a la pantalla para convertirla en una más, sino por una razón en particular que recalca en su título: CONVICCIÓN. Tenemos que centrarnos en el personaje para valorar honestamente este trabajo. Dos hermanos criados por decir algo a lo loco, dejados a su libre albedrío, donde entrar en casas y robar lo consideraban un juego, cuya madre tuvo hijos de 7 padres diferentes y donde una casa de acogida era la forma más peculiar de ver el paso de los años por su juventud. Aquí surge un joven conflictivo y algo violento, el cual se mete en problemas constantemente hasta que en cierta ocasión lo acusan de asesinato y lo encarcelan. Aquí es donde cobra protagonismo Betty, una chica de pueblo, hermana del convicto, casada y con dos hijos, la cual hace de todo para sacar a su hermano, ya que cree en su inocencia. Pero el sistema le da la espalda. Y sin más ayuda que su CONVICCIÓN, y a pesar de no tener estudios, se apunta en la escuela y estudia, estudia y estudia hasta que se convierte en una abogada, y desde esta posición puede trabajar directamente en la defensa de su hermano, consiguiendo nuevamente reabrir el caso. Pero la historia nos habla de esos duros años, donde el hermano lo ve todo negro desde prisión e intenta quitarse la vida. Su marido le plantea la situación como una lucha contra castillos imaginarios y acaba en separación. Y poco a poco sus hijos se van separando de ella, por el poco tiempo que les dedica...hasta que se queda sola. Pero aún así no se da por vencida, porque tiene la CONVICCIÓN de que algún día sacará a su hermano de la cárcel.

Destacar en las interpretaciones al dúo protagonista, Swank y Rockwell están soberbios. Aunque deberían haber cuidado un poco más los detalles en el caso de la primera, ya que es la única que aparenta la misma imagen después de 20 años. Los secundarios están muy correctos, Juliette Lewis haciendo de yonkie, Minnie Driver de amiga de la protagonista, Melissa Leo de policía corrupta y un Peter Gallagher espléndido en lo poco que sale.