Diré para empezar que esta película me ha encantado. La música, Keira, Ruffalo, el guion, y un largo etc… Tiene la característica de no seguir un discurso narrativo lineal; ya que a veces las escenas van confluyendo una tras otra, como una especie de puzle, dando como resultando una recreación de la realidad mucho más fiel de lo que es usual. Hablo, sobre todo, del inicio del film.

El descubrimiento de una nueva cantante, una impagable y con rostro angelical Keira, con la ayuda de un cazatalentos musical venido muy a menos es el eje central de esta obra; un eje que en absoluto bascula sobre caminos demasiado trillados. Se evitan los tópicos, en la manera que eso es posible, y se adorna todo ello con un conjunto de canciones de muy alto nivel que, por cierto, escucho mientras escribo este esbozo de crítica. Además, hay que añadir la traición y el abandono que siente alguien cuando en una pareja uno triunfa y el otro no, y quien triunfa se aleja llevado en volandas por las ínfulas de grandeza. Traición que sobrelleva con mucha y admirable entereza.

Algunos querrán ver un mensaje antisistema y, en especial, antidiscográficas, y no les faltará razón, otros verán el triunfo del sueño americano, aunque la protagonista sea inglesa, conseguido a razón de un euro por descarga, nada más pero, y ese es un detalle no menor, nada menos; aunque yo prefiero verlo con una de esas miles de historias personales que se van sucediendo en ese espacio urbano que conocemos como la Gran Manzana; tan poca cosa como eso, pero, al mismo tiempo, tanto como eso.