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España España · Tarragona
Voto de Luigi:
5
Comedia Un grupo de estrafalarios pasajeros viaja de Madrid a Ciudad de México en un avión cuya tripulación es absolutamente esperpéntica. Durante el vuelo, una grave avería hace que los pasajeros de clase business, al verse inevitablemente al borde de la muerte, se sientan inclinados a revelar los asuntos más íntimos de su vida. Todo ello desembocará en una comedia caótica y disparatada. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que tengo en alta consideración a Pedro Almodóvar. Es, sin lugar a dudas, el director español con más personalidad y el mejor que hay con vida. Por otra parte, siempre recuerdo con mucho cariño “Aterrizas como puedas”, la película de los hermanos Zucker y Jim Abrahams. La vi en la Gran Vía madrileña, en tránsito de mi Zaragoza natal a mi Galicia de raíces maternas, a principios de los ochenta, y literalmente me partí de risa. No es que sea un gran film desde un punto de vista puramente cinematográfico, pero es un divertimiento muy sano, bastante irreverente, y en el límite bien buscado de lo absurdo.

Por todo lo dicho, no entiendo ahora a Almodóvar. Jugar con su merecido prestigio y con el recuerdo colectivo de esa película es algo que no se debería hacer en balde, y sin embargo, de una forma incomprensible, Almodóvar se arriesga a ser blanco de cualquier crítica despiadada, y no se podrá decir que no lo tiene merecido. La película es de una simplicidad y de una vulgaridad como pocas veces se ha podido ver en un director con fama reconocida. No es un regreso al Almodóvar de los inicios, es un hundimiento en el fango de lo chabacano a cambio de nada, de tener una película en cartelera unas semanas y estar en boca de todos. ¿Le hacía falta a estas alturas? ¿Le valía la pena? Y no me sirve que se quiera presentar como radiografía de la España actual, la España cañí que todos tenemos en mente.

De acuerdo que hay muchos argumentos para hacer una película denunciando la situación presente, pero una cosa es hacerlo y otra es mezclarlo todo sin criterio, ser procaz a más no poder con no se sabe qué objetivo y esperar que los demás lo aplaudamos; porque reír, lo que se dice hacernos reír, esta pretendida comedia no lo consigue más que en contadas ocasiones. Salvo del desastre a Javier Cámara. Con un papel de homosexual con mucha pluma, capaz de contarte todas sus intimidades y la de otros con tan solo preguntarle la hora, es capaz de salir airoso y de casi bordarlo; además de ser de los pocos que vocalizan en el film, que no es tanto pedir.
Luigi
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