No me gustan los musicales. Suelo ser muy escéptico cuando todo el mundo aclama una obra como obra maestra. Además la primera vez que vi esta película, y tardé bastante, fue en un mal día, gris, triste y plano, en el que estaba de mal humor.

Y pese a todo la película hizo su magia. Una magia que no creo que dependa tanto del cine en si, y los elementos técnicos que lo forman, como un gran guion, entre otros.
Sino que aquí van directamente a contagiar alegría, buen humor, y ni siquiera se molestan en innovar, o inventar o sorprender, son llanos, sencillos, hacen lo clásico, pero de una forma tan directa y honesta que casi llega a descolocar.

Y su entusiasmo, felicidad y la energía que irradia, al final, de alguna manera quedó atrapada en ese celuloide y ahora cada vez que miras la película, te contagia su buen humor, aunque no quieras, aunque estes predispuesto para lo contrario, de la forma más sencilla posible, consigue una de las cosas más difíciles que hay.

Y resulta que si es una obra maestra, es atemporal, el mejor musical, con escenas icónicas para la historia del cine incluidas, y sintonías imposibles de no tararear, y el mejor trabajo de Gene Kelly, y el tipo era realmente bueno en lo suyo, y todos los que le acompañan son buenos. Vale y mucho la pena acercarse a ella y volver a ella.