Una obra situada en los años 70s que cuida bien la ambientación, la fotografía y utiliza buena música de esa época.
Basada en un relato de Joe Hill, consigue crear una atmósfera de tensión que funciona en todo momento, aunque más que ser una película de terror, para mi es un thriller sobre asesinos en serie con toques sobrenaturales y de terror.

Mezcla bien la parte de los adolescentes y la de los adultos y todos los chavales hacen una buena interpretación, además de Ethan Hawke que está francamente bien.
La cinta es muy simple, se limita a lo que quiere proponer sin ir más allá, por lo que si se mira con atención puede haber algún detalle que no encaje del todo, y el resto de personajes pecan de poca profundidad, que es lo que hace que no acabe de ser redonda.

Con todo, un buen trabajo de Scott Derrickson, que es un buen artesano del género, y una historia que vale la pena en líneas generales.