Haz click aquí para copiar la URL
España España · ALCALÁ DE HENARES
Voto de Inaki Lancelot:
5
Drama. Comedia Rosario (Malena Alterio) y Milagros (Esperanza Pedreño) son amigas y son barrenderas. También son jóvenes y no tienen ni novio, ni coche, ni amigos, ni futuro, a pesar de lo cual luchan, se pelean, se divierten, se quejan e incluso ligan... Hasta que un día, un encuentro inesperado dará un vuelco a su vida del modo más sorprendente. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2008
25 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la sociedad parezca negarlo, no todos somos iguales. No todos seguimos la corriente general. Existen personas diferentes. No me refiero a falsas distinciones publicitadas por los vendedores de muebles para nacionalistas repúblicas individuales “de tu casa”. Estoy citando diferencias auténticas.

Los “diferentes” atraen. Su personalidad enamora a quien es objeto de su aprecio. Sus bajones anímicos nos sitúan inermes ante el mismísimo fin de la vida. Sus subidas son las fiestas más reales y sentidas que puedan celebrarse. Su existencia es puro espíritu romántico. Quizá por ello, han sido protagonistas de siempre de obras literarias y películas.

“Una palabra tuya" se centra en dos amigas, Rosario y Milagros. La primera es una urbanita de nuestro tiempo, dubitativa, ni bondadosa ni malvada. Malena Alterio interpreta con contención un personaje creíble con el que es fácil identificar a más de un conocido. Con su actuación nos brinda los mejores momentos del film y supera brillantemente la prueba de ser protagonista principal.

Por su parte, Milagros es la diferente. No lo tenía fácil Esperanza Pedreño para un papel normalmente asociado a un varón (hasta este punto puede llegar la estandarización social). Cumple suficientemente aparte de detalles como que su acento no se corresponda al entorno físico de Huertapelayo, Guadalajara, su supuesto lugar de origen.

El desarrollo de la acción es dinámico y presta atención a los sentimientos de los protagonistas frente a aspectos como el cuidado de nuestros mayores, como los diferentes grados de compromiso entre hermanos, como la inestabilidad laboral o como la soledad.

El film toca techo en la puesta en escena de la muerte en cama de una madre. Con sobriedad, evitando los artificios que elevaran innecesariamente el dramatismo, la directora contagia al espectador de la mezcla de emociones que experimentan los protagonistas.

Sin embargo, la resolución del film es dramáticamente mala. La sobreactuación del personaje de Cosme cuando explica lo sucedido en la niñez de Milagros roza el colmo de lo inverosímil. Qué terrible engolamiento. Nadie cuenta tales hechos sin dudar o carraspear, sin que el oyente le tire de la lengua. Recuerda a aquel Fernán Gómez de “La mitad del cielo” interpretando a un mal actor. Sólo que en este caso, no es representación. Delegar en él la conclusión de la trama fue el peor error.

El guión no termina de profundizar en ninguno de los dos personajes, por temor probablemente a resultar excesivamente dramático. Por un lado, como espectadores no sufrimos el deterioro y las labores diarias de atención a un anciano aquejado de una enfermedad degenerativa. Por el otro, tampoco llegamos a sentir lo duro de la convivencia con Milagros, lo duro de la convivencia de ella consigo misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Inaki Lancelot
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow