Los actores, conocidos la mayoría, resuelven el compromiso con la solvencia habitual . A destacar, no obstante, la magistral actuación de Edward Norton, encarnando la figura legendaria y trágica del Rey Leproso, Balduino IV de Jerusalén: A pesar de llevar el rostro cubierto por una máscara, sus recursos de actor cubren esa carencia, supliendo con largueza el obligado hieratismo de su rostro.
El injusto olvido de que fue objeto el joven rey por la Historia (al que muchos sitúan en la frontera de la santidad), parece haberse proyectado sobre el actor que le ha encarnado en la película: Por lo visto, en una primera edición de la misma, habían olvidado citarle en los títulos de crédito.
Muchos de los lugares donde se desarrolla la acción son españoles: El castillo de Loarre, en Huesca; los bosques de Valsaín, en Segovia, la catedral de Avila y los Reales Alcázares de Sevilla.