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Voto de Patomelon:
10
7,5
538
Drama
Siberia, 1947. Dos niños que viven en una remota población minera de Siberia sobreviven a la pobreza y a las dificultades gracias a su incondicional amistad y a su gran sentido del humor. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2008
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta realmente difícil hablar de esta película, a la que considero, sin lugar a dudas, una de las obras clave del cine moderno.
La película habla básicamente de la amistad y el profundo amor del niño protagonista hacia la única amiga que tiene en el mundo (a falta de familia...): una chiquilla de 11 años con la que se pasa los días ganándose la vida en el mercado.
Bajo esta premisa se nos presenta una película que avanza lentamente, en la que hay que ir metiéndose poco a poco, deleitándose con la maravillosa sencillez y lirismo de unos personajes que rezuman verdad, ternura y poesía (dentro de su veracidad y sencillez) por los cuatro costados.
Pero sin embargo, lo que la hace mágica y especial, sin duda, es el hecho de que es una obra totalmente autobiográfica. Una película que el propio director siempre quiso hacer, pero que no hizo hasta que estuvo pisológicamente preparado. Porque la historia de estos dos niños, de estos dos mocosos que se han hecho mayores sin pasar por la etapa de la infancia, es la propia historia de un director que infligió su mirada a esta obra maestra del séptimo arte, como si de un quejido eterno se tratase. Un quejido que nunca cesará de escucharse para aquellos que hayan visto esta maravilla sin paliativos.
Película de imprescindible visionado, sobre todo para energúmenos como nosotros que hemos nacido en la sociedad actual.
La película habla básicamente de la amistad y el profundo amor del niño protagonista hacia la única amiga que tiene en el mundo (a falta de familia...): una chiquilla de 11 años con la que se pasa los días ganándose la vida en el mercado.
Bajo esta premisa se nos presenta una película que avanza lentamente, en la que hay que ir metiéndose poco a poco, deleitándose con la maravillosa sencillez y lirismo de unos personajes que rezuman verdad, ternura y poesía (dentro de su veracidad y sencillez) por los cuatro costados.
Pero sin embargo, lo que la hace mágica y especial, sin duda, es el hecho de que es una obra totalmente autobiográfica. Una película que el propio director siempre quiso hacer, pero que no hizo hasta que estuvo pisológicamente preparado. Porque la historia de estos dos niños, de estos dos mocosos que se han hecho mayores sin pasar por la etapa de la infancia, es la propia historia de un director que infligió su mirada a esta obra maestra del séptimo arte, como si de un quejido eterno se tratase. Un quejido que nunca cesará de escucharse para aquellos que hayan visto esta maravilla sin paliativos.
Película de imprescindible visionado, sobre todo para energúmenos como nosotros que hemos nacido en la sociedad actual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El asesinato de la niña a manos del soldado es uno de los momentos (sino el más) más tristes y acojonantes que he tenido el placer de ver en una pantalla. Si queda en el ser humano un mínimo de sensibilidad, una pequeña capacidad de sentir, de padecer, de llorar al fin y al cabo, si aún queda el poder de degustar lentamente la magia del cine y de la verdad, algo que nos están contando de puro sentimiento...esta es aún nuestra película.
El director Kanevsky de veras estuvo enamorada de esa niña, y de veras la vió morir. Es difícil para aquel que no la haya visto imaginarse la angustia vital que irradia esta maravillosa obra maestra.
El director Kanevsky de veras estuvo enamorada de esa niña, y de veras la vió morir. Es difícil para aquel que no la haya visto imaginarse la angustia vital que irradia esta maravillosa obra maestra.