Cuando vi el trailer de esta cinta me llamó mucho la atención, sobre todo porque prometía ser una cinta dura, de esas que te mantienen en tensión durante gran parte de su metraje. Acabo de volver de verla y me ha dejado un sabor de boca agridulce.

La historia gira entorno a un grupo de personas encerradas en un hotel en Bombay durante una serie de atentados terroristas. La premisa no es especialmente original, pero sabemos que el hecho de que la cinta sea basada en hechos reales siempre vende, independientemente de lo fiel que sea o no a lo acontecido realmente. A medida que avanzamos en la historia, el espectador se ve inmerso en un caos total, repleto de decisiones absurdas y momentos excesivamente efectistas que, desde mi humilde opinión, restan credibilidad a la historia. Eché en falta un poco más de realismo y menos escenas artificiosas que hacen que la película se convierta por momentos en un mal e innecesario blockbuster. Pese a todo, cuenta con momentos que realmente te sacan de quicio y consigue despertar en tu interior una rabia intensa hacia los causantes de este desastre.

Las actuaciones está correctas, destacando la intervención de Dev Patel y Anupam Kher, cuya relación es de lo más destacable de la cinta. Por otro lado tenemos personajes de lo más estereotipados, como el encarnado por Jason Isaacs, que ni interesan ni aportan nada interesante. Los efectos están bien logrados, con muchos tiros y mucha sangre que tampoco era necesaria.

En definitiva, entretenida pero desaprovechada cinta que podría haber sido una propuesta muy destacable si se hubiera guiado más por el realismo y menos por el sensacionalismo.