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Voto de GorkaMN:
9
7,3
5.198
Drama
Cuando su joven hijo Minato empieza a comportarse de forma extraña, su madre siente que algo va mal. Al descubrir que el responsable de todo ello es un profesor, irrumpe en la escuela exigiendo saber qué está pasando. Pero a medida que la historia se desarrolla a través de los ojos de la madre, el profesor y el niño, la verdad va saliendo a la luz, poco a poco... (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2023
59 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Monstruo” se presenta como una intrigante amalgama de tres relatos entrelazados que brindan al espectador múltiples perspectivas de una misma verdad. A diferencia de otras películas de historias cruzadas que pueden resultar repetitivas y tediosas, Koreeda evita la duplicación de escenas, empleando distintos enfoques, planos e incluso sonidos para marcar los puntos de convergencia temporal, lo que confiere a la narrativa un ritmo ágil e intrigante. Un espléndido guión de Yuji Sakamoto, premiado en el Festival de Cannes, con actuaciones espléndidas como la de los pequeños Minato (Soya Kurokawa) y Yori (Hiiragi Hinata). Merece una mención a parte la bellísima banda sonora de Ryūichi Sakamoto (“El Renacido” , “El Último Emperador”), que encaja en las escenas como un guante y es fundamental para conectar con las emociones de los personajes.
La trama se desenvuelve a través de la perspectiva de los personajes principales, proporcionando al espectador una visión subjetiva de los hechos. El director, de manera precisa y habilidosa, presenta versiones fragmentadas (a veces pistas engañosas), desafiándonos a emitir juicios y colocar etiquetas que, a medida que avanza la cinta, debemos reevaluar. Es solo en el tercer acto donde la verdad emerge y las piezas se ensamblan en un perfecto rompecabezas. Esto demuestra que, sin conocer todas las perspectivas de una historia, no podemos pretender entender la verdad en su totalidad.
La trama se desenvuelve a través de la perspectiva de los personajes principales, proporcionando al espectador una visión subjetiva de los hechos. El director, de manera precisa y habilidosa, presenta versiones fragmentadas (a veces pistas engañosas), desafiándonos a emitir juicios y colocar etiquetas que, a medida que avanza la cinta, debemos reevaluar. Es solo en el tercer acto donde la verdad emerge y las piezas se ensamblan en un perfecto rompecabezas. Esto demuestra que, sin conocer todas las perspectivas de una historia, no podemos pretender entender la verdad en su totalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sin embargo, no solo Koreeda esconde la verdad, tambien lo hacen los tres personajes principales de la obra. El profesor Hori se ve obligado a reconocer las agresiones para preservar el honor de la escuela. La directora Fushimi, en aras de mantener su prestigio, permite que su esposo cargue con la culpa del trágico suceso con su nieta. Mientras tanto, Minato opta por maltratar antes que revelar su amistad con Yori ante sus compañeros. Surge entonces la cuestión fundamental: ¿Cómo encaramos la disonancia entre nuestras acciones y nuestros principios? La escena de la trompeta se erige como una impactante metáfora de aquellos que luchan por ocultar su verdadera esencia. Enmascarar nuestra autenticidad equivale a someterse a una presión constante, una olla a punto de ebullición, cuyo desahogo termina desafinando nuestro bienestar.
A su vez, la película nos adentra de lleno en una profunda exploración de la masculinidad, representada en distintas facetas. En el caso del profesor Hori, envuelto en las ataduras de la tradición japonesa, experimenta dificultades para hallar la manera correcta de proponer matrimonio a su pareja. Esta reflexión sobre la masculinidad cobra mayor profundidad en la historia entre los dos niños. Minato, huérfano de padre (jugador de rugby), es criado por una madre soltera que anhela cuidarlo hasta que forme una familia. Esta visión choca con los deseos íntimos del protagonista. Al carecer de una figura paterna como referencia, Minato se ve impulsado a imitar los modelos masculinos que predominan en su entorno: agresivos, violentos, desprovistos de empatía. ¿Qué ocurre entonces con aquellos que no se ajustan a esta perspectiva convencional? Son etiquetados como extraños, marcados... se les considera monstruos. El cine y la literatura nos han demostrado en repetidas ocasiones (“E.T. el extraterrestre”, "Harry Potter” etc.) la posibilidad de amistades entre niños y “monstruos”. A través de la mirada infantil, pura e inocente, las diferencias se integran en la realidad y la noción de monstruosidad queda como un término que solo halla cabida en la imaginación, en los juegos.
En último término, la película explora el tema de la muerte, destacando las conversaciones sobre la reencarnación del padre y actos como la incineración del gato fallecido. En este último ejemplo, el fuego, punto de partida de las tres historias, representa un elemento destructor, no obstante, en la tormenta final, es el agua la que va a cobrar el verdadero protagonismo como elemento liberador. Tal y como se relata en la conversación final entre Minato y Yori, ellos no necesitan “destruirse” o “reencarnarse” sino que acaban comprendiendo que “siguen siendo los mismos”. Y en esa vía de tren sin barreras, destruidas por el agua, es donde culmina la película y los dos protagonistas comienzan a escribir un camino sin ataduras.
En definitiva, "Monstruo" desentraña la verdad y la autenticidad a través de una trama magistralmente tejida con actuaciones cautivadoras. A mi parecer, la cinta más completa de Koreeda hasta la fecha.
A su vez, la película nos adentra de lleno en una profunda exploración de la masculinidad, representada en distintas facetas. En el caso del profesor Hori, envuelto en las ataduras de la tradición japonesa, experimenta dificultades para hallar la manera correcta de proponer matrimonio a su pareja. Esta reflexión sobre la masculinidad cobra mayor profundidad en la historia entre los dos niños. Minato, huérfano de padre (jugador de rugby), es criado por una madre soltera que anhela cuidarlo hasta que forme una familia. Esta visión choca con los deseos íntimos del protagonista. Al carecer de una figura paterna como referencia, Minato se ve impulsado a imitar los modelos masculinos que predominan en su entorno: agresivos, violentos, desprovistos de empatía. ¿Qué ocurre entonces con aquellos que no se ajustan a esta perspectiva convencional? Son etiquetados como extraños, marcados... se les considera monstruos. El cine y la literatura nos han demostrado en repetidas ocasiones (“E.T. el extraterrestre”, "Harry Potter” etc.) la posibilidad de amistades entre niños y “monstruos”. A través de la mirada infantil, pura e inocente, las diferencias se integran en la realidad y la noción de monstruosidad queda como un término que solo halla cabida en la imaginación, en los juegos.
En último término, la película explora el tema de la muerte, destacando las conversaciones sobre la reencarnación del padre y actos como la incineración del gato fallecido. En este último ejemplo, el fuego, punto de partida de las tres historias, representa un elemento destructor, no obstante, en la tormenta final, es el agua la que va a cobrar el verdadero protagonismo como elemento liberador. Tal y como se relata en la conversación final entre Minato y Yori, ellos no necesitan “destruirse” o “reencarnarse” sino que acaban comprendiendo que “siguen siendo los mismos”. Y en esa vía de tren sin barreras, destruidas por el agua, es donde culmina la película y los dos protagonistas comienzan a escribir un camino sin ataduras.
En definitiva, "Monstruo" desentraña la verdad y la autenticidad a través de una trama magistralmente tejida con actuaciones cautivadoras. A mi parecer, la cinta más completa de Koreeda hasta la fecha.