Es decir, que no te cases con "Marte", ni te embarques en este plomizo viaje planetario que nos sirve Ridley Scott. Vaya por delante, que yo la que quería ver era la de "Blade Runner 2049" (2017) pero no ha podido ser, así que va a pagar el pato de mi frustración la presente película. Resumiendo el argumento, que dicen que encima está sacado de la novela de un tal Andy Weir, es una especie de cruce entre "Náufrago" (2000) y "Gravity" (2013), pero en el planeta rojo. Pero si alguien insiste con más detalles, el argumento es digno de George Costanza (Jason Alexander) de "Seinfeld" (1989-1998): esto es un astronauta que es abandonado en Marte pero que sobrevive, gracias a su ingenio, cultivando la tierra. Madre mía. En cualquier caso, a la trama le falta un mínimo de intensidad, dramatismo o emoción, entre otras cosas porque no hay ningún elemento de oposición a Mark (Matt Damon), ni extraterrestres, ni riesgos, ni cosa parecida. De tal modo que a los 10 minutos estás ya bostezando y lo malo es que aún faltan otros 132, qué manía de hacer largometrajes tan largos y tan aburridos. En fin, que al final lo que le sale a Scott es una variante de "Salvar al soldado Ryan" (1998) pero en el espacio y con ayuda china, que hay que abrir mercados y hacerle la pelota a la segunda economía del mundo. Se ve que el hecho de que sea una feroz dictadura no le importa a nadie, ah, claro es que son comunistas y tienen bula de las izquierdas, tonto de mí por protestar.

Pero volviendo a "Marte", paso de los argumentos científicos principalmente no soy astrofísico ni cosa que se parezca. Mas está claro que aunque me la vendan como drama, no es lo es, ni siquiera, comedia, como algunas malas lenguas insinúan porque les da la risa viéndola. En realidad, es ciencia ficción, pero no porque vuelen por el espacio y todo eso, sino porque colocan a una mujer astronauta paseándose por Marte, que encima sea la jefa de la misión y para colmo está casada con un guaperas. Eso no se lo cree nadie. Claro que mi sospecha es que el tipo le pone los cuernos un día y otro también, pero esa es otra historia. Otro fenómeno extraño es que el público describa como guapas, estupendas o supermodelos a Jessica Chastain o a Kate Mara ¿? ¿En serio? Por cierto, que como Beth (Kate Mara) es una ratilla la emparejan con el más apuesto de la función, Chris (Sebastian Stan, por supuesto). En cambio Mindy (Mackenzie Davis), como es más mona y se queda en tierra firme, nadie le tira los tejos. Gracias, feministas. Más rarezas, que al joven negro, un vendedor de crack, un drogadicto o un rapero, sobre su identidad real hay dudas, lo hayan colocado como no sé qué técnico en la NASA. O bien, que la gente monte un pollo planetario para salvar a un astronauta norteamericano. Aunque es posible que el momento más fantástico de la película sea cuando el profesor inquiere a sus alumnos "¿tenéis alguna pregunta?" y todos levantan la mano al unísono.