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Voto de Reaccionario:
1
13 de julio de 2015
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la gente se le va la olla con cualquier producto de tercera o cuarta división, pero que por fortuna sea antigua, dirigida por algún pez gordo o tenga un mensaje o una imagen alternativa. "Harold y Maude" es una comedia dramática, supuestamente negra, bastante ramplona, que no hace ninguna gracia, técnicamente muy pobre pero que se le ve la intención de comerte el coco de forma inmediata. Otro capítulo son las actuaciones, donde el desconocido e inexpresivo Bud Cort se lleva la palma. Se dice que es una historia profunda, de amor, amistad y vitalismo pero en realidad, lo que narra es la vida de dos zumbados, que son un pernicioso ejemplo.
Principios de los años 70, guerra de Vietnam y contracultura, en ese ambiente tocaba poner en entredicho la familia, la autoridad, la religión y todo lo que sonara a carca. Ahora bien, el mismo Hal Ashby llega demasiado lejos con su coz atacando a la misma moral: vive sin atenerte a las reglas y serás libre y feliz, fácil receta para egoístas, narcisistas, nihilistas y psicópatas. Es curioso que "el canto a la vida" termine en la muerte, como en la película, o en las drogas, como le pasó a Hal Ashby que, tras años de toxicómano, acabó paranoico y destruido. Al final, el desprecio progresista a la moral te acaba convirtiendo en un deshecho o en un monstruo.
Principios de los años 70, guerra de Vietnam y contracultura, en ese ambiente tocaba poner en entredicho la familia, la autoridad, la religión y todo lo que sonara a carca. Ahora bien, el mismo Hal Ashby llega demasiado lejos con su coz atacando a la misma moral: vive sin atenerte a las reglas y serás libre y feliz, fácil receta para egoístas, narcisistas, nihilistas y psicópatas. Es curioso que "el canto a la vida" termine en la muerte, como en la película, o en las drogas, como le pasó a Hal Ashby que, tras años de toxicómano, acabó paranoico y destruido. Al final, el desprecio progresista a la moral te acaba convirtiendo en un deshecho o en un monstruo.