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Voto de Reaccionario:
6
Comedia. Romance Pagafantas es el pringado pegado a la chica guapa; el que no tiene ninguna posibilidad de ligársela, pero que está acechando por si cae algo. Ella lo ve como amigo, y jamás se ha planteado que el chaval tenga ningún "peligro" sexual... (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las ideas feministas que más daño hace a las mujeres y, quizás por eso, más me irrita es esa que afirma que ellas no deben ser objetos pasivos sino sujetos activos en todos los lugares y también en el arte de la seducción o del romance. Siguiendo esta doctrina la ficción contemporánea está llena a rebosar de chicas babosas que persiguen, se declaran, se desviven, idolatran al varón y tragan con todo con tal de que éste se fije en ellas. Y esta degradación absoluta del sexo femenino se hace en nombre de su libertad y su dignidad, bajo el paraguas del feminismo empoderador. Sin embargo, por fortuna, esta fantasía aberrante no se da en la realidad. Al contrario, es el hombre el que cae en todos estos comportamientos. Es lo que se conoce como pagafantismo, un fenómeno casi exclusivamente masculino que, como otros, demuestra que más allá de las trolas de los supuestos privilegios de los hombres, del patriarcado y el machismo opresor, en las relaciones diádicas, el sexo débil normalmente siempre ha tenido el poder. Y lo tiene por la sencilla razón de que el hombre se siente mucho más atraído por las mujeres que al revés, y tal vez por eso son los que se esmeran por conquistar y ellas se dejan o no. Es decir, el hombre es el cazador y la hembra la presa pero es precisamente el rol activo viril y el pasivo femenino el que las empodera porque ante los avances masculinos es la que decide, juzga, premia o castiga, rechaza o se deja atrapar. Ella es el premio, no él. Esto puede ser muy frustrante para los igualitarios pero es la realidad y pese a los constantes intentos feministas para invertir esa relación, pocas mujeres lo hacen. Eso sí, a las que pican, les arruinan la vida.

Esta larga perorata creo que es una introducción necesaria para apreciar en su justa medida "Pagafantas", una comedia vasca, que viniendo de algunos de los participantes de esa auténtica joya del humor, "Vaya Semanita" (2003-2013, en su primera etapa), Borja Cobega en la dirección y Gorka Otxoa como actor principal, es suficiente garantía de risas aseguradas. Y lo es porque se atreve, como hacían en el mencionado programa de la ETB, a contarnos la realidad, por muy políticamente incorrecta que sea. En este caso, que somos los hombres y diría que prácticamente todos, al menos alguna vez, los que hacemos el idiota, nos esforzamos, caemos en el ridículo y nos toca ejercer de pagafantas ante la chica que nos gusta. Por ese camino, la película cumple con creces con muchas situaciones que te arrancan carcajadas o al menos sonrisas. Sin embargo, tiene una idea tan poderosa que su falta de ambición le resta valor. Borja Cobeaga ha privilegiado el lado cómico en detrimento del romántico y también del dramático del tal forma que su impacto, esa tensión casi trágica entre el amante desesperado de escaso poder de seducción y la chica ideal, una belleza que está fuera de sus posibilidades, se ve amortiguado seriamente. A "Pagafantas" le hace falta como media hora mínima de metraje, para desarrollar con más intensidad la historia de amor. Tal y como queda no estoy seguro si Chema (Gorka Otxoa) se ha enamorado o tiene un calentón. Del mismo modo, no creo que el comienzo sea el mejor, con una relación demasiado espontánea y novedosa para justificar el comportamiento del protagonista, ni tampoco el desenlace, que aunque no es malo, reclama algo más: SPOILER.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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