Cinta con tintes épicos, una epopeya de grandes pretensiones que conjuga el encanto de la vieja Europa y el salvaje Oeste, que lamentablemente acaba defraudando por obvia, previsible, vacía, larga y estúpida. Tampoco vamos a decir que esté mal hecha, ni que la pareja formada por Tom Cruise y Nicole Kidman, dentro y fuera de la gran pantalla en ese momento, fuera fea. Ni que esta época de finales de siglo XIX no sea bonita. Ni que la ambientación o los paisajes no valgan la pena. Pero en conjunto, este endeble y blandengue producto sólo llega a regular. Carece de aventura, humor, romance, drama, crítica social o cualquier cosa de las que pretende insuflarle Ron Howard, todo salvo un coctel de feminismo, progresismo y loas al sueño americano.

Además "Un horizonte muy lejano" cuenta con el grave inconveniente de tener una de las protagonistas más idiotas que he visto en mi vida. En este sentido me solidarizo con esa madre que tiene que aguantar su estupidez permanente a la par que un marido bobalicón y borrachín. Ésta está peor que el padre de "Dirty Dancing". Con deciros que la animaba a que se echara un amante os lo digo todo. Mientras tanto, y mira que me revienta, volvemos a ver por milésima vez la relación de amor entre un pobretico, tirando a revolucionario, con una joven, educada, rica y noble. Afortunadamente, no contaban con que la susodicha fuera imbécil, y renunciara a todo por...algo que ya tiene. Ésta en la vida real acabaría hundida en un burdel de mala muerte en Boston.

Qué hipocresía y que cara más dura tiene Shannon (Nicole Kidman). Como es una señorita se lamenta de serlo... para seguir ejerciendo de tal. Igualmente no quiere depender de sus padres... pero sí de Joseph (Tom Cruise). De todos modos, en caso de problemas, no te preocupes, que aparecerán tus papás o algún enamorado para sacarte las castañas del fuego. Pero tú, niña rica, sigue jugando a ser pobre. Total, lo pagan otros. Como recochineo, mucha crítica a esa caduca aristocracia o a la situación de Irlanda, que tienen que falsear para hacer digerible "el sueño americano", ese en el que los hombres mueren y a nadie le importa, incluido al director, pero bien que se fija Joseph en una chica de esa clase. Pues no, tú con una campesina, no con una explotadora.